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Datos y panoramas para disfrutar

Revisa estos cuatro asombrosos animales únicos de Sudamérica

Por: María Giacoman
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Desde Guyana hasta el extremo sur de Chile y Argentina, te puedes encontrar con una diversidad de animales únicos para conocer y cuidar.

Es una de las regiones del mundo con la mayor biodiversidad del planeta. Alberga especies únicas, y posee ecosistemas propios para el desarrollo de la vida. Es Sudamérica, una joya cada día nos sorprende con sus maravillas. 

Y sobre sus animales, queremos contarte que existen cuatro especies que solo existen en esta región. Especies asombrosas consideradas por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). 

Huemul patagónico

Figura propia del escudo de nuestro país, el llamado científicamente Hippocamelus bisulcus es un habitante propio de los Andes del Sur, viviendo en zonas del sur de Chile y Argentina. Según la Administración de Parques Nacionales de Argentina, este animal es un ciervo que se adaptó a la vida de montaña, que tiene una estructura robusta y miembros relativamente cortos y fuertes. 

Este animal puede llegar a medir un metro de altura hasta la cruz (la prominencia que solemos creer que es el inicio del cuello de un mamífero). Los machos adultos son de mayor tamaño y peso que las hembras. La gran diferencia entre ambos sexos es que los primeros tienen un par de astas de dos puntas, que pueden llegar a medir 30 centímetros de largo. 

Se alimentan de plantas, considerándose un como herbívoro rumiante. Es muy exigente con su alimentación, por lo que cada día es un desafío para este animal encontrar plantas más digeribles, que tengan poca fibra, y contemplen una gran concentración de nutrientes. 

La caza furtiva, la depredación de sus ecosistemas, la reducción de su área de distribución, y la pérdida de su hábitat lo ponen en la Lista Roja de la UICN.

 

Ariraí

Con una área de distribución mucho más extensa que el anterior, este también llamado lobo gargantilla, nutria gigante, o para los científicos Pteronura brasiliensis, lo puedes ver de norte a sur: Surinam, Guyana, Guayana Francesa, Venezuela, Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia, Paraguay, Brasil, Argentina y Uruguay. 

Viven en grupos numerosos entre dos a 16 integrantes y habitan en zonas bien establecidas. Se encuentran en grandes ríos, arroyos, lagos y pantanos. Donde más les gusta vivir es en cuerpos de agua no perturbados, que mantienen una cubierta vegetal de alta calidad y una abundante densidad de presas. 

Se alimentan básicamente de pescado, también se les ha visto comer caimanes y otros vertebrados. Sin embargo, esta nutria puede adaptar su alimentación de acuerdo a la disponibilidad de sus presas. 

 

Chungungo

Distribuido en a lo largo de la costa sur del Pacífico de América del Sur. Lo puedes ver desde Chimbote en el norte del Perú, hasta la Isla Grevy en el extremo sur de Chile, hacia el este está hasta la Isla de los Estados, en Argentina. 

Conocido también como el gato marino, chinchimén o Lontra felina es la especie más pequeña del género. Su cuerpo alargado y flexible, cabeza ancha y achatada, con orejas pequeñas, patas cortas y una gruesa cola le permite moverse por las rocosas costas marinas. 

“Su hábitat está en las costas marinas, especialmente rocosas, con mucho oleaje, expuestas a fuertes vientos y con bosques subacuáticos de macroalgas que forman un ambiente propicio para la abundancia y diversidad de presas”, manifiesta la Administración de Parques Nacionales de Argentina a National Geographic. 

Ahora bien, si la situación lo amerita, también es posible verlo ingresar a cursos de agua dulce. 

La contaminación, la destrucción, degradación de su hábitat, la competencia por presas, pesca insostenible e ilegal, y la minería en hábitats costeros han sido las amenazas que tienen a este tierno gato de mar bajo la lupa y con organizaciones luchando por su conservación. 

 

Tapir andino

Erradicado en la zona andina de Colombia, Ecuador y el extremo norte de Perú, el tapir andino, tapirus pinchaque, danta de montaña, danta cordillerana, o danta de páramo es un amante de los bosques y pastizales a altitudes superiores a los 2.000 metros. 

Es considerado como el más pequeño de las cuatro especies de tapires que hoy conocidos. Su piel es delgada, y su pelaje es grueso de color marrón rojizo a negro. Esta característica le permite protegerse de las bajas temperaturas. En términos anatómicos, tienen el cuerpo largo y macizo, patas muy cortas y delgadas, cuello y cola corta, labios blancos, orejas pequeñas y redondeadas. 

Pero lo que llama más la atención de este curioso animal es su trompa, la que es llamada por los especialistas como probóscide, una extensión de sus labios y hocico, la que posee fosas nasales transversales en la punta. La estructura es fundamental para los tapires, ya que les sirve para el olfato. 

Su categoría es "En Peligro" por la UICN. La situación de sus poblaciones está en declive y se pronostica que seguirán disminuyendo dado a la pérdida de su hábitat por la conversión de bosques y páramos en tierras agrícolas y ganaderas, también la fragmentación, la caza indiscriminada y la minería ilegal aportan a su posible extinción. 

 
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