Descubren que lunas de Júpiter tienen volcanes activos desde su origen
Las lunas de Júpiter Io y Europa son todo un misterio para la humanidad y ahora se descubrió que tienen volcanes activos desde sus inicios.
La luna Io, orbitando alrededor de Júpiter, se destaca como el epicentro de una intensa actividad volcánica en nuestro sistema solar. Investigaciones recientes lideradas por expertos del Instituto Tecnológico de California (Caltech) han arrojado nueva luz sobre este fenómeno relacionado a su gran cantidad de volcanes.
Mediante el uso del telescopio ALMA en Chile, los científicos han realizado observaciones detalladas y mediciones de isótopos en la atmósfera tenue de Io. Estos estudios revelan una conclusión fundamental: Io ha estado experimentando actividad volcánica de manera continua a lo largo de toda su existencia, que se estima en unos 4.500 millones de años.
Io, Europa y Ganímedes, tres de las lunas de Júpiter, se encuentran en una disposición orbital conocida como resonancia de Laplace. En esta configuración única, por cada órbita de Ganímedes, Europa completa exactamente dos órbitas, mientras que Io completa cuatro.
Esta relación orbital específica crea una danza celestial donde las lunas se influyen mutuamente gravitacionalmente, dando como resultado órbitas elípticas en lugar de circulares.
Esta peculiar disposición orbital no solo afecta la forma de las órbitas, sino que también tiene consecuencias significativas para la actividad geológica de estas lunas.
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La gravedad de Júpiter, generada por estas órbitas elípticas, induce calor en el interior de las lunas. Este calor interno es responsable del intenso vulcanismo en Io y también contribuye al mantenimiento de un océano líquido subsuperficial bajo la superficie congelada de Europa.
Los dos nuevos estudios, publicados en las revistas Science y JGR-Planets, han proporcionado evidencia crucial para determinar cuánto tiempo ha persistido esta configuración orbital única. Los investigadores llevaron a cabo mediciones detalladas de varios parámetros, incluidos los isótopos de azufre en la atmósfera de Io.
Estas mediciones revelaron que las lunas Io, Europa y Ganímedes han estado atrapadas en esta danza resonante durante miles de millones de años. Este descubrimiento arroja luz sobre la estabilidad y la longevidad de este fenómeno orbital, confirmando que ha sido una característica duradera del sistema joviano a lo largo de vastas escalas de tiempo cósmico.
Io la luna con más volcanes
A diferencia de la Tierra, cuya historia se puede rastrear a través de fósiles y cráteres que han quedado como huellas de eventos pasados, Io ofrece un paisaje en constante cambio debido a su intensa actividad volcánica.
Esta actividad continua ha dado como resultado una superficie que se renueva constantemente, con una edad estimada de alrededor de un millón de años.
Es importante destacar que esta superficie en constante transformación contrasta con la edad de la propia luna, que se estima en unos 4.500 millones de años. Esta discrepancia temporal entre la superficie y la edad de Io ofrece una fascinante ventana a procesos geológicos dinámicos que están en acción en esta luna joviana.
Exacto, dada la naturaleza efímera de su superficie debido a la actividad volcánica, el análisis de las sustancias químicas en la atmósfera de Io se convierte en una herramienta crucial para desentrañar su pasado geológico.
Al estudiar la composición química de la atmósfera, los científicos pueden obtener pistas sobre los procesos geológicos y volcánicos que han dado forma a esta luna a lo largo del tiempo.
Además, la atmósfera de Io no es estática; está constantemente siendo afectada y alterada por el intenso entorno espacial en el que se encuentra. Las colisiones con partículas cargadas en el campo magnético de Júpiter están desviando la atmósfera de Io hacia el espacio a una velocidad impresionante de aproximadamente 1 tonelada por segundo.
Este proceso de pérdida atmosférica proporciona información adicional sobre la interacción entre Io y su entorno planetario, así como sobre la dinámica de su atmósfera en evolución.