Una nueva publicación encendió las alarmas sobre el programa espacial SpaceX, ya que el programa de Elon Musk podría tener importantes consecuencias.

El programa Starlink de SpaceX, liderado por Elon Musk, ha sido sometido a un escrutinio riguroso por parte de la comunidad científica, quienes expresan inquietudes acerca de los posibles efectos que podría tener en la atmósfera y el campo magnético terrestre.

Un reciente artículo liderado por Sierra Solter-Hunt, estudiante de doctorado en la Universidad de Islandia, plantea una preocupación aún más significativa sobre los impactos de esta creciente red de satélites. 

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Según el estudio, el material magnetizado que se desprende de los satélites al quemarse en la atmósfera podría contribuir a la contaminación atmosférica y debilitar el campo magnético del planeta, el cual es una defensa crucial contra la radiación cósmica.

La acumulación de partículas metálicas en la atmósfera, producto del lanzamiento y la desintegración de satélites, podría dar lugar a la formación de una "red conductora perfecta" en la ionosfera, lo que interferiría con la capacidad del campo geomagnético para proteger la Tierra de la radiación espacial. Este escenario, advierte el estudio, podría dejar a la atmósfera expuesta a la radiación del espacio durante siglos.

No obstante, hay voces en la comunidad científica que muestran escepticismo frente a estas afirmaciones. Argumentan que las suposiciones del estudio son demasiado simplistas y poco probables para ser precisas.

Además, cuestionan si habrá suficientes satélites en órbita para causar un impacto significativo en el campo magnético de la Tierra. Conforme el debate persiste, se hace evidente la necesidad de una mayor investigación y colaboración internacional para comprender y abordar adecuadamente este problema emergente en el espacio cercano a la Tierra.