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La nueva teoría de un científico sobre el misterio de Stonehenge

Por: María Giacoman
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Tiene mucho que ver con un tema de exclusividad para cierto grupo de personas, en supuestos rituales realizados en la formación megalítica.

Si les mencionamos la localidad de Amesbury, en el condado de Wiltshire, en Inglaterra, lo más probable es que no sepas a qué relacionarlo. Y está bien. No es un lugar muy conocido, excepto si te decimos que en este lugar está ubicado el famoso Stonehange, uno de los misterios más grandes del Reino Unido, de Europa y el mundo. 

Según los expertos, Stonehange se construyó entre el final del periodo Neolítico y principios de la Edad de Bronce. Sabemos cuándo podría haberse construido, pero no tenemos idea cuál habría sido la función de este monumento. 

 

Y tal como sabemos mucho de este misterio, también hay varias teorías sobre la función de estas piedras. Es así como surge la figura de Trevor Cox, profesor e investigador de acústica de la Universidad de Salford, Manchester. Él propone una teoría que podría explicar la finalidad de esta estructura. 

El académico construyó una réplica en miniatura del monumento. En este momento el estudio sigue en pie, y la pieza se está utilizando para descubrir las propiedades acústicas de la estructura, que data desde hace aproximadamente unos 5.000 años atrás. 

 

Cox dice que el objetivo tendría que ver con el sonido, los rituales y la elite de la época. “Sabemos que la acústica de los lugares influye en cómo los usas, por lo que comprender el sonido de un sitio prehistórico es una parte importante de la arqueología", declaró Cox a la BBC. 

El experto agrega que estas pierdas funcionarían como una cámara de eco gigante. Así, Stonehange amplificaría los sonidos de quienes estaban dentro de la estructura y los aislaría para quienes permanecían afuera de esta. 

Los experimentos de Stonehange

En una pieza ubicada en la Universidad de Salford, el investigador hizo una réplica casi exacta de esta formación megalítica. "Me di cuenta de que había una técnica en acústica que nunca antes se había aplicado a sitios prehistóricos y era el modelado acústico a escala”, declaró Cox. 

Con la réplica lista e instalada, Cox y su equipo pusieron altavoces y emitieron frecuencias. Con sus micrófonos comenzaron a captar cómo el sonido afectaba a las pierdas. 

 

Con algunos resultados obtenidos, el equipo desarrollaron un modelo computacional que recrea las propiedades acústicas de la estructura de roca y también es capaz de distorsionar las voces o música que se pudo haber escuchado en su interior en el pasado, dentro del círculo. 

Los resultados sorprendieron a Cox, "Aunque Stonehenge no tiene techo ni piso, el sonido rebota entre los huecos de las piedras y permanece dentro del espacio. En acústica, el sonido persistente se conoce como reverberación“, agregó. 

“Sabemos que la música mejora con la reverberación, por lo que imaginamos que si se reprodujera música, sonaría un poco más poderosa e impactante dentro del círculo“, teorizó en investigador. 

 

Así, si consideramos que Stonehange fue construida en un entorno abierto entre montañas, este efecto habría potenciado eventos musicales, rituales u o oraciones de la época. De hecho, las mediciones de este equipo lograron concluir que la direccionalidad del sonido producida dentro de este círculo lo habría amplificado en cuatro decibelios. 

Decibelios es la unidad de medida para presión sonora, tensión y potencia eléctrica. 

Así, el sonido se escucharía mejor para las personas que estaban dentro de esta formación megalítica y menos para quienes se encontraban afuera. 

El analista también lamentó la gran dificultad de hacer arqueología acústica:  “El problema con la arqueología acústica es que el sonido desaparece, por lo que nunca podemos estar seguros de lo que se hizo allí“.

 
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