La Universidad de Washington llegó a una particular conclusión tras aplicar el estudio a 500 estudiantes.

Todos aman dormir. Es lo primero que se piensa luego de una ajetreada jornada laboral o un extenso periodo de estudios. Pero a algunos les cuesta conciliar el sueño al llegar a casa.

Una investigación de la Universidad de Washington, Estados Unidos, descubrió que en invierno se complica aún más. No es por el frío ni por lo abrigado que te acuestas. La razón es mucho más impensada.

Se debe a la baja exposición a la luz solar de nuestro cuerpo en esta época del año. Si no se absorbe, aumentan las dificultades para descansar y dormir en el horario nocturno.

El estudio de la Universidad de Washington

500 estudiantes de la Universidad de Washington fueron sometidos a esta investigación. Todos eran oriundos de Seattle, conocida ciudad de Estados Unidos.

Estas personas portaron rastreadores que midieron su tiempo de sueño durante las cuatro estaciones del año, aunque también el nivel de su exposición a la luz solar.

También se consideró tiempos libres, el periodo escolar, los horarios y las etapas de mayor cansancio durante la jornada, ya sea por el trabajo o los estudios.

Las investigadores llegaron a una inesperada conclusión: Aunque los estudiantes tengan un horario escolar preestablecido, el horario de sueño tiende a retrasarse una hora durante el otoño y el invierno.

“Nuestros cuerpos tienen un reloj circadiano natural que nos dice cuándo irnos a dormir por la noche. Si no nos exponemos lo suficiente a la luz durante el día cuando sale el sol, eso ‘retrasa’ el reloj y, por lo tanto, el inicio del sueño por la noche”, analizó Horacio de la Iglesia, profesor de la Universidad de Washington al medio HuffPost.