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Si sufres de ira, puedes causarle daños a tu salud

Por: Zoe Weinert
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Es normal en ciertas ocasiones sentir enojo o ira, sin embargo, cuando es una emoción recurrente en tu día a día puede ser algo perjudicial para tu salud, por lo que es importante controlarse.

Existen diversas circunstancias que pueden provocar enojo, desde conflictos con personas cercanas hasta frustraciones por no alcanzar metas personales. Experimentar esta emoción es común, pero cuando se vuelve frecuente o perdura demasiado, puede tener consecuencias perjudiciales para la salud mental y física.

Investigaciones y expertos han señalado que el enojo prolongado puede afectar negativamente el corazón, el cerebro y el sistema digestivo.

Un estudio reciente, publicado en mayo de 2024 en el Journal of the American Heart Association, reveló que la ira descontrolada puede incrementar el riesgo de sufrir un infarto, ya que afecta el funcionamiento normal de los vasos sanguíneos.

Los investigadores examinaron específicamente cómo el enojo, la ansiedad y la tristeza influyen en la salud cardíaca para llegar a esta conclusión.

Siguiendo esa premisa, los investigadores dividieron a los participantes en tres grupos distintos y les asignaron actividades diseñadas para inducir las emociones respectivas: enojo, ansiedad y tristeza. Posteriormente, evaluaron el funcionamiento de los vasos sanguíneos de cada grupo.

Los resultados mostraron que aquellos que realizaron actividades relacionadas con el enojo experimentaron un peor flujo sanguíneo en comparación con los otros grupos.

Daichi Shimbo, autor principal del estudio y académico de medicina en la Universidad de Columbia, comentó en declaraciones citadas por The Wall Street Journal: "Especulamos que, con el tiempo, si estás constantemente expuesto a estas agresiones en las arterias debido a un enojo crónico, aumentará tu riesgo de padecer enfermedades cardíacas".

Imagen referencial. Créditos: Getty Images
Imagen referencial. Créditos: Getty Images

Además, el doctor Stephen Lupe, especialista de la Clínica Cleveland, señaló a dicho medio que, aunque aún se están investigando los efectos que la ira puede tener en el sistema gastrointestinal, el enojo puede contribuir a la producción de ciertas proteínas y hormonas que aumentan la inflamación.

Cuando la ira crónica persiste durante un período prolongado, puede aumentar el riesgo de desarrollar diversas enfermedades, así como provocar problemas como estreñimiento, hinchazón o dolor de estómago.

Además, el enojo frecuente o prolongado puede afectar negativamente al cerebro y a la función cognitiva. Joyce Tam, psiquiatra de la Universidad Rush de Chicago, explicó al Wall Street Journal que la ira en estas condiciones puede afectar áreas del cerebro relacionadas con la atención, el control emocional, la regulación emocional, el aprendizaje y la memoria.

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