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Recomiendo ver: Napoleón (2023)

Por: Esteban Brito
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Ridley Scott vuelve con una película épica, de gran escala y casi tan ambiciosa como el mismísimo Napoleón. El director de clásicos como “Gladiador” y “1492” arremete con un filme que busca retratar la vida de unos de los líderes militares más icónicos de la historia.

Bonaparte, interpretado por un sólido Joaquin Phoenix, es un personaje complejo y en esta producción se le retrata tanto como un hábil estratega militar, como también un bruto, obstinado y un pésimo padre de familia. Las diferentes facetas del ex emperador de Francia logran capas que ayudan a comprender más al hombre detrás del conquistador sediento de poder.

 

“Napoleón” es un filme que brilla en todos sus aspectos técnicos. La inmersión que se logra, transporta a la Europa del Siglo XVIII. El detalle que se aprecia en esta película es notable. Los trajes, las locaciones, los cientos de extras son elementos que fascinan a los ojos y que se acercan más a las producciones épicas de antaño, que a un blockbuster actual. 

 

Pero si hay algo que vale la pena destacar completamente sobre este metraje son las batallas. Son los momentos más intensos, más enérgicos y donde todo es de una escala gigante. El retumbar de los cañones y los soldados marchando a caballo convierten la experiencia en algo único que vale la pena en el cine. 

 

Pero no todo es explosiones y espadas chocando, la película también se encarga de mostrar facetas de la vida personal del conquistador, como la relación con su esposa Josephine (Vanessa Kirby), y la obsesión del militar con engendrar un hijo. Estas instancias pueden parecer tediosas, pero le añaden más profundidad a un personaje que parece que sólo sabe sobre la guerra. 

 

Los aspectos más íntimos de la vida de Napoleón, resultan en el apartado menos atractivo, ya que el ritmo del filme baja rotundamente, y las conversaciones dentro de palacios y espectaculares decorados, resaltan técnicamente, incluso en las interpretaciones de los actores. Pero lo anterior puede resultar bastante lento en comparación de las ambiciosas batallas y la tensión de los conflictos bélicos.  

 

Joaquin Phoenix hace un trabajo magistral al interpretar a un líder que sólo destaca por sus logros militares, y que en todo lo demás es un ser frustrado. Las dos caras de la misma moneda entregan una visión más completa del ex gobernador de Francia. El resultado final es épico en muchas ocasiones, pero aspira tan alto en todo sentido, que a ratos parece un viaje tedioso. 


 

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