El estadounidense famoso en el mundo como el hombre del pulmón de acero falleció a sus 78 años, tras pasar más de 70 años dentro de un pulmón artificial.

Paul Alexander, más conocido como el hombre del pulmón de acero, tenía solo 6 años cuando contrajo polio en 1952 y la enfermedad lo dejó paralizado del cuello hacia abajo.

El sistema de salud en Texas se encontraba en crisis debido a un brote de poliomielitis que afectó a numerosos niños y el médico inicial a cargo del caso de Alexander determinó que no había más opciones para ayudarlo. 

Sin embargo, otro doctor tomó la decisión de intentar salvar la vida del niño: realizó una traqueotomía de emergencia para aliviar la congestión en sus pulmones. Claro que a raíz de la parálisis, quedó incapacitado de respirar por cuenta propia y la traqueotomía solo era una solución momentánea, por lo que los médicos decidieron colocarlo en un pulmón de acero.

Este cilindro de metal es una cápsula inventada en 1920 que succiona oxígeno y ayuda a que los pulmones se expandan para que la persona respire sin problemas y se convirtió en el hogar de Alexander por el resto de su vida.

Y a pesar de su condición, Paul superó todas las expectativas de vida, no sólo en relación a los años que vivió sino que también en relación a todo lo que logró con el paso de los años. Y es que Alexander ha abrazado plenamente la vida y le ha sacado el jugo.

Completó su educación secundaria en la escuela de Dallas y continuó su formación en la Universidad Metodista del Sur. Posteriormente, prosiguió sus estudios en Derecho en la Universidad de Texas.

Pero no solo eso porque con el paso de los años, Alexander logró aprender nuevamente a por sí mismo, lo que le permitió salir del pulmón artificial. Claro que solo podría hacerlo por breves períodos de tiempo, como el día que se tituló.

A lo largo de varios años, el abogado estadounidense ejerció su profesión con éxito, logrando momentos en los que pudo ser liberado de la cápsula para realizar ciertas actividades. 

Ha declarado que ejercer como abogado ha sido todo un desafío para él. Cada vez que alguien entraba a su despacho, solían preguntarle sobre el gran aparato que utilizaba. Sin embargo, eso no es lo único que llama la atención en Alexander. También destaca su locuacidad, una cualidad que suele resaltar en su interacción con los demás.

"El tipo es un personaje tan impresionante… la mayoría de las personas quedan asombradas cuando lo conocen por primera vez", señaló, por ejemplo, un amigo cercano de Paul, el hombre del pulmón de acero.

Gracias a dispositivos como un teléfono móvil, una computadora, un altavoz para solicitar ayuda, un sorbete para beber agua y un aparato que le permite manejar los ordenadores, logró cierto nivel de independencia, sin embargo recibía la ayuda de Kathryn Gaines.

Durante 15 años, ambos compartieron el mismo hogar. Sin embargo, posteriormente, Gaines se trasladó a la casa contigua y tiempo después a una residencia cerca de la casa de Paul. Kathryn declaró en su momento que la relación entre ellos era regular y que desempeñó un papel fundamental en la vida del estadounidense.

La muerte del hombre del pulmón de acero

Se anunció su fallecimiento en una página de GoFundMe que inicialmente se creó para ayudar a costear su vivienda y atención médica. “Es absolutamente increíble leer todos los comentarios y saber que Paul inspiró a tanta gente. Estoy muy agradecido”, dijo Philip Alexander, hermano de Paul en la página de GoFundMe.

Si bien la causa exacta de la muerte aún se desconoce. Se tiene conocimiento de que hace 3 semanas fue hospitalizado tras haber contraído covid-19, pero esta semana ya daba negativo, dijo Philip Alexander.

El hombre del pulmón de acero será recordado, no solo en el área de la medicina, sino que en el mundo entero por haber superado todas las expectativas.

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