En el libro "Te conozco de otra vida: Los años de Gustavo Cerati en Chile", el periodista Nelson González Vallejos revela la profunda conexión del artista argentino con nuestro país. En exclusiva para 13C, también comparte experiencia de Cerati con músicos chilenos como Los Jaivas.

Gustavo Cerati cultivó un vínculo único y profundo con Chile, destacándose entre los artistas internacionales de su nivel. Desde su debut en programas de Canal 13 junto a Soda Stereo, hasta el fenómeno de la "Sodamanía", que alcanzó su auge con su participación en el Festival de Viña, Cerati consolidó una relación especial con el público chileno. Su historia personal también se entrelazó con Chile al formar una familia junto a Cecilia Amenábar. 

Estas facetas se recogen en el libro Te conozco de otra vida: Los años de Gustavo Cerati en Chile (Editorial Catalonia), escrito por Nelson González Vallejos, quien reconstruye las experiencias del músico a través de una gran cantidad de fuentes documentales y entrevistas. La obra explora desde sus presentaciones con la banda argentina, su carrera en solitario, su vida como esposo y padre, hasta anécdotas con músicos chilenos. 

Este libro revela una faceta inédita de Gustavo Cerati: su conexión humana y artística con Chile. Nelson González, su autor, explicó en una conversación con 13C que su interés por la historia del músico en el país nació de una coincidencia personal. Mientras estudiaba periodismo en la misma universidad que Cecilia Amenábar, ex esposa de Cerati, escuchó relatos de profesores sobre cómo el artista solía buscar a Cecilia por el campus cuando aún eran pareja. 

"Estaba estudiando en primer año, entonces de alguna forma esa historia quedó en mí", confesó Nelson González, quien después se propuso investigar sobre "el impacto de Cerati en Chile, porque no había biografías que abordaran específicamente su relación con este país". 

Su trabajo lo llevó a explorar momentos clave de la vida del cantante, desde su descubrimiento de la música chilena que le dio un impulso para ser uno de los artistas más influyentes de Latinoamérica.

"Cerati tenía admiración por Los Jaivas"

Nelson González detalla en su libro que la primera vez que Gustavo Cerati tuvo un acercamiento con Chile fue en su adolescencia, cuando en el año 1976 vio en el Teatro Coliseo de Buenos Aires a Los Jaivas. En medio del público, el argentino se quedó pegado ante la imagen del baterista del grupo chileno, Gabriel Parra.

"Es una de las historias más llamativas", señala el reportero y añade: "Cerati tenía una admiración por Los Jaivas, algo que no se sabía mucho. Oscar Saavedra, el ex manager de Soda Stereo, me contó que Cerati, cuando era joven, tenía una devoción por Gabriel Parra de Los Jaivas. Incluso utilizó un fragmento de una canción de Los Jaivas en su disco Raíz. Esa fue una revelación que me sorprendió y que ni siquiera el mundo del espectáculo sabía".

Para González, Chile tuvo un impacto fundamental en la vida de Gustavo Cerati. Además de su admiración por Los Jaivas y la "Sodamanía", el músico plasmó parte de su vida personal en su disco Amor Amarillo, inspirado en su relación con Cecilia Amenábar y, luego, los hijos que tuvieron juntos. Asimismo, Chile fue el escenario donde Cerati exploró y comenzó a producir discos de otros artistas chilenos como la cantante Nicole, e incorporó la música electrónica en su carrera, una influencia que marcaría una evolución significativa en su estilo artístico.

"Era algo muy nuevo en esos años y participó en la cultura underground, en lugares como la discoteca Blondie. Cerati comenzó a incorporar la música electrónica en su trabajo, algo que marcó una diferencia en su carrera", comenta el autor del libro, quien destaca que lo más gratificante de su investigación fue descubrir una faceta más íntima y cercana del artista.

"Muchas veces, la imagen de Cerati está asociada únicamente al rockstar seguro de sí mismo, pero lo cierto es que también buscaba momentos de descanso y tranquilidad en Chile", agrega. En el libro, se describe cómo el músico diferenciaba su relación con Santiago y Buenos Aires: mientras la capital chilena era para él "la ciudad de la calma", Buenos Aires representaba "la ciudad de la furia", título de una de sus canciones más icónicas.

Finalmente, González invita a que los fanáticos de la carrera de Cerati, Soda Stereo y la música a descubrir este libro ya que muestra a la forma en que el rockero "conectó con los chilenos a un nivel muy profundo, tanto en el escenario como en lo personal. (...) La conexión de Cerati con Chile va más allá de la música; es una conexión humana y artística que ha perdurado con el tiempo."