Parque Karunkinka, de los últimos lugares con baja huella humana en el mundo
“¿Has perdido la esperanza alguna vez en temas medioambientales?”. “No, para eso tengo Karunkinka”.
Bárbara Saavedra es directora de Wildlife Conservation Society (WCS) en Chile, una ONG internacional con presencia en 43 países. A través de la ciencia y la educación crean proyectos de conservación de la biodiversidad. Uno de ellos es el Parque Karunkinka. Ubicado al sur del mundo, en la mítica Isla Grande de Tierra del Fuego, se encuentra este parque de casi 300.000 hectáreas considerado uno de los últimos sitios silvestres del mundo con baja presencia humana.
En la Región de Magallanes, tierra ancestral de los pueblos Kawésqar, Yaganes y Selknam, se encuentra Karunkinka. Un bosque maduro de 300 años de antigüedad compone esta área en la que coexisten más de 19 mamíferos como el elefante marino, tuco-tuco, guanaco, y zorro culpeo fueguino, el más grande de Chile. Cabe destacar que en esta zona se encuentra la población de guanacos en mejor estado de conservación de Chile.
No todo es un oasis de conservación
Las brechas que existen en cuanto a la gestión de las áreas silvestres protegidas, como el déficit de recursos y la falta de personal, siguen siendo dificultades que enfrentar pese al término de la paralización de la Federación Nacional de Sindicatos de Conaf (Fenacic).
El Parque Karunkinka cuenta con un equipo de diez personas que trabajan bajo un sistema de roles a lo largo de todo el año. Entre las amenazas directas del parque encontramos la caza furtiva, la competencia de recursos por perros asilvestrados, la cría extensiva de ganado, los incendios forestales y la presencia de especies introducidas como el castor. Mamífero de origen canadiense que se encuentra en el 98% de los ríos de la isla y que la WCS busca erradicar al 100% en sectores estratégicos. Al talar los árboles para la construcciones de sus diques, los castores afectan el curso de las aguas y los ciclos naturales.
Qué pasa con el turismo en las áreas protegidas
Dentro del plan de manejo para la conservación del parque, la organización enfatiza una diferencia entre el turismo y el uso público. El turismo es un conjunto de actividades que se realizan con fines de ocio, negocio y otros motivos. Por otro lado, el uso público es un conjunto de programas, servicios, actividades y equipamiento provistos con la finalidad de acercar a los visitantes a los valores naturales y culturales de éste, de una forma ordenada y segura.
Un turismo responsable genera las condiciones necesarias para que se puedan realizar actividades seguras tanto para quien visita como para el entorno visitado. Esto implica una planificación que no deje huella y la capacidad de observar sin interrumpir. “Ese es el turismo que nos interesa que llegue a Karunkinka” menciona la directora de WCS en Chile. El parque tiene un plan de visitas que considera todo lo mencionado anteriormente. Si te gustaría visitarlo, te dejamos a mano la información oficial para que puedas hacer tu reserva.
Un aula natural para la conservación
Con un enfoque innovador, además de preservar el entorno natural, WCS también investiga, educa e integra a la comunidad local para poner en valor la biodiversidad patagónica. En los últimos 10 años, más de 850 estudiantes y docentes han sido objeto de diversos estudios tanto universitarios como escolares.
El Parque Karunkinka se ha convertido tanto en una sala de clases como un laboratorio natural para la conservación, en donde a través de la ciencia, la educación y el uso público se inspira a las personas a valorar y cuidar la biodiversidad.
Para seguir conservando estos lugares silvestres, WCS Chile busca construir una red de 5.000 socios en los próximos años, para lo cual se encuentran desarrollando una nueva plataforma especial. Por el momento, si deseas apoyar a la organización en la conservación del parque, puedes hacerte socio a través de donaciones directas. Toda la información la encuentras en el sitio web de WCS Chile.