Los perros más famosos de la historia del ser humano
El origen de la frase "El mejor amigo del hombre", una pareja que salvó a toda una comunidad de la difteria, y una perra espacial. Estos son solo algunos de los grandes peludos que aportaron a la historia de la humanidad.
Antes de comenzar, te daremos un dato muy relevante.
Los perros han sido nuestros mejores amigos desde hace mínimo 27 mil años. Desde ese momento, comenzó una relación de cariño, colaboración y complicidad que hizo que estos canes fueran domesticados por el ser humano.
Es ahí cuando nació una especie de género del género Canis que llama "Perro doméstico" (Canis lupus familiaris). Esta engloba a más de 400 razas y cruzas creadas por el hombre con sus propias características y códigos genéticos.
Según un artículo de la revista Nature, todos estos ejemplares vendrían de un único animal: el lobo gris (Canis lupus), el que fue domesticado hace unos 15 mil años.
En 13C te presentamos algunos de los perros más famosos de nuestra historia. Aquellos que nos revelaron la belleza de su naturaleza y cómo sus comportamientos abrieron paso a la que sería una eterna amistad. Todos, gracias a una recopilación e investigación realizada por la revista Nature.
Tasha, una perra Bóxer que nos enseñó el completo ADN canino
Hace aproximadamente dos décadas, una perra de raza pura Bóxer de doce años, llamada Tasha, se hizo noticia tras ser la protagonista de una increíble revelación científica. Los investigadores lograron precisar las raíces genéticas de la can, y pudieron comprender la evolución de todas las razas de perros desde los primeros intentos de domesticación, hasta ser miembros póstumos de nuestras familias.
El estudio logró también determinar que enfermedades padecen tanto en perros de razas específicas, otros animales y humanos. Por ejemplo, el Labrador Retriever puede ser afectado por la displasia de cadera, o los Dálmatas, que tienen a la sordera o tener cálculos renales.
Hachiko, el fiel compañero que esperó a su dueño hasta morir
Historia digna de lágrimas. Un amor incondicional que une a un perro y su dueño en Japón. Es Hachiko, un perro Akita que acompañaba a su amo, Hidesaburo Ueno, hasta la estación de tren, luego lo esperaba hasta que el hombre regresara del trabajo, para volver juntos a su hogar.
El hecho que ocurrió en el conocido barrio de Shibuya, en Tokio, fue el escenario de esta conmovedora historia. El perro acompañó fielmente a su dueño, que se desempeñaba como profesor, todo de rutina hasta el 21 de mayo de 1925, cuando Hidesaburo falleció producto de una hemorragia cerebral, mientras hacía clases. Nunca más volvió y Hachiko lo esperó durante diez años en la estación.
La lealtad del perro perduró hasta el 8 de marzo de 1925, cuando su cuerpo decidió "no más" y murió luego de vivir toda una década en la estación de trenes, esperando a algo que jamás iba a suceder. En su honor, la comunidad levantó una estatua de un Akita de bronce para homenajear la figura de Hachiko, el perro que murió de amor.
Togo y Balto: una travesía en búsqueda de ayuda
Nome es una ciudad ubicada en Alaska, Estados Unidos. En 1925, esta localidad albergaba 455 nativos y 975 colonos europeos, y su única conexión con el mundo exterior era su puerto ubicado en la península Seward del Mar de Bering. En el invierno, entre noviembre y julio, esta zona se congelaba, provocando que Nome sea innacesible a barco a vapor.
La única forma de poder llegar en este periodo del año, era mediante el "Idotarod Trail", una ruta terrestre de 1.600 kilómetros que atravesaba todo el estado de Alaska desde Nome, hasta Seward.
Fue entonces, en ese año, cuando una epidemia de difteria se propagó por toda esta localidad. Lo peor es que, el único médico del lugar, Curtis Welch, que había pedido con meses de anticipación la carga de antitoxina diftérica, no la recibió debido a la helada del puerto.
“Había más de 20 casos confirmados de difteria y al menos 50 más en riesgo a finales de mes. Sin la antitoxina, creían que la tasa de mortalidad podría estar cerca del 100%”, comentaron desde el Servicio de Parques Nacionales de Estados Unidos.
La solución fue encomendar al criador de esquimales siberianos, Leonhard Seppala, a cruzar el difícil circuito de Idotarod Trail, en búsqueda de la medicina para salvar a la población.
Seppala fue con dos compañeros, no eran hombres, eran dos perros de raza Husky siberiano: Balto y Togo. Ambos se encargaron de liderar la tirada de perros a lo largo de todo el trayecto. "Aunque Balto a menudo se lleva el crédito por salvar la ciudad de Nome, fue Togo quien lideró a su equipo en el tramo más peligroso del viaje”, agregaron desde el Servicio de Parques Nacionales.
El nacimiento de la célebre frase "El perro es el mejor amigo del hombre"
El escenario de esta historia fue la ciudad de Warrensburg, en el estado de Missouri, Estados Unidos. El relato cuenta el triste hallazgo de la mascota muerta de un ciudadano, la que fue asesinada por el vecino y cuñado de este, debido a una toma de venganza.
El nombre del can, Old Drum, fue un perro de raza Black and Tan Coonhound que era de Charles Burden, un vecino de Warrensburg que se dedicaba al cultivo de tierras en distintos condados de Missouri, y que también era criancero de perros de caza.
El conflicto nace con su vecino, Leonidas Hornsby, que acusó al perro de asesinar a varias ovejas en su acre. Como venganza, tomó la decisión de matar a Old Drum la noche del 18 de octubre de 1869.
Angustiado y triste por el asesinato de su mascota, habló con su abogado George Graham Vest, y llamó a juicio en el Tribunal de Warrensburg. El alegato de Vest, fue la que es registrada como la primera vez que se utilizó la frase "El perro es el mejor amigo del hombre".
Con esta oración, Vest ganó el juicio y el tribunal determinó el pago de $50 dólares en daños por la pérdida de Old Drum.
Laika, la primera perra espacial
A fines de los 50's comenzó entre Estados Unidos y la Unión Soviética (URSS) una frenética carrera espacial. Justamente, este último hizo de todo para "conquistar el espacio", antes que sus contendores americanos, en el año 1957, pusieron en órbita los satélites Sputnik I y Sputnik II.
Una vez que resultó exitoso el lanzamiento del Sputnik I, la URSS puso en marcha la construcción de un segundo satélite, que tendría como objetivo llevar al primer ser vivo de la Tierra al espacio. Fue así como en la búsqueda de buenos candidatos para esta misión, encontraron a una callejera perra deambulando en las calles de Moscú, Laika.
Una vez rescatada de la calle, Laika fue entrenada para salir al espacio. Le hicieron una seguidilla de pruebas, las que todas superó. Fue así como se conviritó en tripulante del satélite Sputnik II. El 3 de noviembre de 1957, fue la fecha del lanzamiento de esta segunda misión, y también el día del fallecimiento de Laika.
Horas después de alcanzar la órbita, Laika se convirtió en una mártir del desarrollo aeroespacial de la Unión Soviética, la estructura de la nave no tenía el desarrollo adecuado para asegurar la vida de la can. Luego, el satélite se incineró en su regreso a la Tierra en 1958.
"En la tierra hay una perra menos. Y en el cielo una estrella más", dice una estrofa de "Laika", una canción de Mecano.