Un grupo de científicos está estudiando el genoma del pulpo, este podría tener grandes aportaciones para otros trabajos en mamíferos y personas.

Antes de contarte esta noticia, te invitamos a revisar cómo este pulpo logra salir de un frasco tras ser encerrado por un científico intencionalmente.

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Sorprendente, ¿no? Pues bien, científicos del Centro Nacional de Análisis Genómico (CNAG) de Barcelona, participaron en un estudio internacional sobre este magnífico e inteligente molusco. El objetivo es analizar la secuencia completa de su genoma a escala cromosómica. 

El trabajo, que contempla a expertos de todo el mundo, busca desarrollar una nueva herramienta que permita a los especialistas profundizar en el análisis del sistema nervioso, el aprendizaje y la memoria, tanto de cefalópodos -familia a la que pertenece el pulpo-, como de mamíferos. 

Según los resultados del estudio, el ensamblaje del genoma del pulpo contiene 2.800 millones de pares de bases. El 99,34% de los cuales se encuentran en 30 cromosomas y su anotación contiene 23.424 genes codificadores de proteínas. 

Los números son reveladores, dado que solo el genoma humano, contiene 20.000 genes concentrados en 23 cromosomas. Además de convertirse en un importante modelo emergente para futuros estudios evolutivos de cefalópodos, el genoma a nivel cromosómico del este molusco, sería un gran avance en la neurociencia comparada, la investigación de la cognición y la biología del desarrollo.

Incluso, se considera que esta esta especie es tan fascinante para los especialistas, que los estudios que se realizan en estos cefalópodos cuentan con una larga tradición. La principal intriga es la plasticidad neuronal que tiene el cerebro del pulpo, el que tiene la capacidad para cambiar y adaptarse a medida que aprende y se experimentan cosas nuevas. 

Así, los pulpos han demostrado pruebas de la existencia de estructuras funcionalmente análogas a las del cerebro de los mamíferos, lo que lo convierte en un animal comparativo para estudios neurofisiológicos.

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