También hay un estudio que revela dónde se alojan estas partículas.

El plástico llegó para quedarse y cada día está más inmerso en nuestras vidas. Un estudio que fue publicado en el 2019, de la Universidad de Aalborg, Dinamarca, reveló que en un ser humano inhala 16,2 trozos de microplásticos cada hora. 

Eso quiere decir, que si sumáramos este dato durante una semana, según la investigación, estaríamos respirando lo equivalente al plástico necesario para producir una tarjeta de crédito. 

Lo preocupante de esta situación, es que estamos hablando de microplástico que contiene contaminantes y sustancias químicas tóxicas. Lo pero es que no se sabe exactamente qué efectos podrían provocar en la salud. 

Por otra parte, la Universidad de Sydney, en Australia, realizó estudios de cómo el microplástico se traslada por nuestras vías respiratorias superiores. Las piezas analizadas más grandes suelen llegar a tamaños de 5,56 micras, y suelen atascarse en la cavidad nasal o en la parte posterior de la garganta. 

“La complicada y muy asimétrica forma anatómica de las vías respiratorias y el complejo comportamiento del flujo en la cavidad nasal y la orofaringe hacen que los microplásticos se desvíen de la trayectoria del flujo y se depositen en esas zonas”, declaró Mohammed Islam, ingeniero de la esta institución a Actualidad RT.

Los científicos agregaron que respirar más rápido ayudaría a que se depositen menos microplásticos, el próximo paso sería modelar cómo se mueven estas partículas en los pulmones de nuestro cuerpo. 

La forma en cómo llegan estos microplásticos a nuestro cuerpo es mediante la creciente industria de la moda, que cada vez utiliza más elementos sintéticos para hacer la ropa. También, aportan productos cotidianos como las bolsas de plástico que utilizamos cuando compramos. 

Los estudios también revelan que aproximadamente 365 partículas son depositadas por metro cuadrado. Estas pueden llegar a viajar a través de la atmósfera, logrando distancias de hasta 100 kilómetros. Si bien, no está claro que los microplásticos no son tóxicos de forma inmediata, no hay claridad de sus efectos a largo plazo.