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Empleado del mes: trabajador del museo de Múnich se robó pinturas para costear "lujosa vida"

Por: María Giacoman
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Un empleado del Museo de Múnich se robó tres cuadros originales. Luego los vendió para darse una "vida de lujos y pagar deudas".

Lo confesó, declaró ante la justicia y reconoció que lo hizo. Estamos hablando de un empleado del museo de Múnich que tuvo la "gran idea" de sustituir varias pinturas almacenadas en un depósito por falsificaciones, y luego subastar las originales. 

El hombre, de 30 años, fue declarado culpable por parte del Tribunal de Distrito de Múnich de tres casos que fueron consumados y un intento más de venta ilegal de estos bienes culturales. Por estos delitos, fue condenado a un año y nueve meses prisión, según el organismo. 

Empleado del Museo de Múnich se robó tres pinturas

Pintura robada por empleado del Museo de Múnich
Pintura robada por empleado del Museo de Múnich

Además, el tribunal ordenó la confiscación de 60.000 euros, los que equivalen a 63.500 dólares, de indemnización por los delitos cometidos. 

Las pinturas que fueron robadas, y luego reemplazadas son "Das Märchen vom Froschkönig" ("La fábula del Rey Rana") de Franz von Stuck, por una falsificación. Lo que hizo el hombre fue ofrecerla en una casa de subastas de la ciudad alemana, aduciendo que la obra le había pertenecido a sus bisabuelos o abuelos. La vendió por 70.000 euros (74.000 dólares) a una galería de Suiza. 

Otra de las obras que este empleado, que había trabajado desde mayo de 2016, hasta abril de 2018 en ese museo, es "Die Weinprüfung" ("La cata de vino") de Eduard von Grützner y "Zwei Mädchen beim Holzsammeln im Gebirge" ("Dos muchachas recogiendo leña en las montañas") de Franz von Defregger. Ambos cuadros fueron vendidos en 12.000 euros. 

La razón de estos robos fue para darse lujos. Por todos los cuadros vendidos, el acusado cobró 60.617 euros. ¿Qué hizo? Gastó el dinero para saldar deudas y financiar un estilo de vida lujoso. Según el tribunal, este hombre se compró "un reloj de pulsera nuevo, caro y... un Rolls Royce".

En informe agregó que este ex empleado demostró un sincero remordimiento cuando fue interrogado: "Declaró que había actuado sin pensar y dijo que no podía explicar su comportamiento". 

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