Luz de esperanza para las preocupaciones del invierno. Se trata de un medicamento que podría inmunizar a los lactantes ante el Virus Respiratorio Sincicial (VRS).

Es considerado como una de las preocupaciones más grandes cuando llega el invierno de nuestro país. Y cómo no, si estamos hablando de una enfermedad que contempla un virus de muy fácil contagio que puede provocar afecciones respiratorias graves. Nos referimos al Virus Respiratorio Sincicial (VRS). 

Pero parece que los miedos y preocupaciones podrían ser algo del pasado. Un anticuerpo puede ser inoculado en los niños podría generar cierta inmunidad en lactantes durante la primera temporada del VRS.

Se trata del Nirsevimab, un medicamento aprobado por la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA), la Unión Europea, Reino Unido y Canadá. Además, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) del país norteamericano recomiendan el uso rutinario de este anticuerpo. 

La recomendación apunta específicamente a "recién nacidos y lactantes de ocho meses de edad nacidos durante o que entren en su primera temporada del Virus Respiratorio Sincicial". Además, se incluye a niños de 8 a 19 meses que tienen mayor riesgo de padecer esta afección, o que estén por ingresar a la segunda temporada de VRS. 

En Chile, ya se hizo la solicitud de registro ante el Instituto de Salud Pública (ISP). Si es autorizado su uso, según los expertos, podría ser un gran alivio para el sistema de salud de nuestro país, dado que sería un factor para reducir los números de pacientes ingresados a unidades pediátricas de mayor cuidado.

El Virus Respiratorio Sincicial (VRS)

Sus principales víctimas son los lactantes y niños que atraviesan sus primeros años de vida. En variadas ocasiones, los pacientes tienen que ser hospitalizados por complicaciones de bronquiolitis o neumonía. 

La forma de transmisión es muy fácil y rápida. Ocurre mediante secreciones respiratorias, ingresa al cuerpo a través de los ojos, la nariz o la boca. Provoca síntomas como congestión nasal, tos, estornudos, fiebre, disminución del apetito y sibilancia, este último es un sonido agudo que se escucha al respirar.

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