Hace ya casi 20 años que cada 7 de noviembre celebramos oficialmente a las y los artesanos chilenos.

Con sus propias manos elaboran objetos únicos que mantienen vivos nuestros oficios y tradiciones. Ponen el corazón en su trabajo, lo que hace que cada pieza sea única y diferente de la otra. La gran mayoría aprendió el oficio de forma autodidacta o a través de la transmisión de un familiar. Resultado del mestizaje y la fusión, la artesanía en Chile tuvo diversos influenciadores.

Geografía artesana

En el norte, la civilización Inca dejó su huella. Aymaras, quechuas y atacameños manifestaron un alto nivel de complejidad y sostificación en sus productos. De la mano con sus labores de pastoreo y entre alpacas, llamas y vicuñas, el textil se volvió su oficio principal. Un poco más abajo, entre medio de valles, la alfarería se impuso entre los diaguitas, quienes moldeaban finas cerámicas tanto para el uso doméstico como para la veneración de sus dioses. 

En el centro, la cultura criolla dejó pueblos enteros que, hasta el día de hoy, son reconocidos por su artesanía. Pomaire, Talagante y Colchagua destacan por su trabajo en greda. Chimbarongo se convirtió en una parada obligatoria para los turistas que buscan comprar las sillas y canastos de fibra que se volvieron característicos de la zona.

En las islas, la disruptiva identidad de Rapa Nui se volvió notoria por su influencia polinésica. A diferencia de lo que muchos creen, el recurso preferido de los talladores de la zona es la madera y no la piedra. Con ella crean figuras de carácter mitológico como el moai.  

En el sur, los mapuches son reconocidos por la resistencia a su conquistador y el orgullo hacia su identidad. La platería destaca entre sus obras, y el diseño textil se reconoce fácilmente debido al ñimin. Dibujos y figuras que para las mujeres mapuches representan una cosmovisión milenaria. 

Por último, en la zona austral, la cestería tiene un gran valor para los últimos sobrevivientes yaganes y kawashkar, quienes luchan día a día para que no desaparezcan los rasgos que quedan de su cultura. 

Influencers de Chile

No cabe duda que en la artesanía se encuentra el ADN de nuestra cultura y patrimonio. Quienes practican este oficio, tienen una gran habilidad para comunicar, atraer y generar contenido. Una actividad crucial para el desarrollo socio-económico chileno y que constituye uno de los sectores más numerosos del país. En Chile hay aproximadamente 34.000 artesanas y artesanos. Los cuales se dedican principalmente a la textilería, orfebrería, alfarería, madera, cestería cuero y piedra, entre otros.

Pese a que el cobre es la principal materia prima de nuestro país, las piezas artesanales de este tipo son escasas. Una de las técnicas que más destaca es el martillado. Aquí te dejamos un breve momento de “Tu Cultura Mi Cultura” donde podrás conocer a José Basoalto Reinoso, maestro de este oficio.

A pesar de su gran número, la mayoría de los artesanos trabaja de forma informal. En Chile no existe una política pública para los artesanos. El Ministerio de las Culturas está realizando diálogos participativos en distintos puntos del país para presentar un proyecto de ley que formalice el oficio. Por el momento, uno de los mayores intermediarios con los mercados es la Fundación Artesanías de Chile. Hace 20 años que la organización trabaja para valorar las artesanías que se encuentran en nuestro territorio, considerando su dimensión cultural, social y económica, con un enfoque de derechos culturales.

Si buscas un panorama para este fin de semana, la fundación organiza “El Mercadito de la Casa Artesana”. Una feria al aire libre que reúne una cuidada selección de más de mil piezas hechas por artesanos de los rincones más diversos del país. Ubicados en Santo Domingo 689, la fundación abrirá nuevamente las puertas de su sede Casa Velasco. Un monumento histórico de casi 300 años que podrás recorrer a través de visitas guiadas. En colaboración con Artisan Roast Chile y Santa Rosa, además de ver y comprar artesanía, y recorrer Casa Velasco, podrás disfrutar de un rico café tostado y una exquisita degustación de quesos.

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