La noche del martes, el madrileño se reencontró con el público chileno, en menos de un año, tras su debut en nuestro país en el marco del festival Fauna Otoño. Este fue el cierre de su tour “Sin cantar ni afinar”, gira que ha tenido más de 40 presentaciones. El artista español entregó un show de altísimo nivel técnico y musical; con una combinación de sonidos modernos con el flamenco y otros ritmos hispanos. 

Pero antes de continuar con la impecable presentación del “Pucho”, primero describamos el verdadero fenómeno que tiene a jóvenes y adultos por igual escuchando a un artista que combina a la perfección géneros tangencialmente distintos como son el trap y la guitarra flamenca, entre otros.

C. Tangana no olvida sus raíces en los sonidos urbanos, pero les añade una serie de elementos propios de la música propia de España. Los canturreos gitanos de Antonio Carmona, o la colaboración con “La Húngara” en “Tú me dejaste de querer” son pequeños ejemplos de lo increíble que puede sonar una composición que une el legado español con las nuevas generaciones de artistas.

El verdadero titán de la música en el que se ha convertido, aterrizó en Chile con un espectáculo que no sólo combinaba sonidos antiguos con los nuevos, sino que también compartió escenario con una veintena de artistas entre percusionistas, violinistas e intérpretes de instrumentos de viento. Todo esto en una puesta en escena que simulaba un constante ajetreo en un bar, con mesas y extras riendo y bebiendo. 

La propuesta audiovisual del show destaca por sobre la media, ya que invita al público a meterse en una película. Eso desde el punto de entrada con títulos y créditos finales, hasta cámaras que no dejan de mostrar todo lo que pasa, con planos cinematográficos.

La experiencia de tener al artista sentado en la mesa con sus amigos es algo único que a ratos no se puede creer. Es una obra en constante movimiento que sorprende por la entrega de todos los que están en escena, desde el protagonista que sube su intensidad en el canto y  baile, y en todo un equipo que nunca se sale del personaje. Todos, absolutamente todos están coordinados en armar una escena inolvidable que parece sacada del sueño más extraño. 

El Madrileño encantó a un Movistar Arena que canturreó todos sus temas, en medio de una presentación que parece sacada de un plano onírico. La lista de canciones combina temas de trap, con flamenco e incluso existió un lujo al  tocar un cover de “Suavemente” de Elvis Crespo. Probablemente este es uno de los shows más variados que se han presentado en Chile. 

La cinematográfica presentación de C. Tangana es un recital que no deja a nadie indiferente, encanta por su música e invitados y el carisma de un artista que se entrega completamente a darlo todo en las más de dos horas de duración. Un fenómeno que sólo puede volver a lo grande, porque los chilenos ya quedaron enamorados con la experiencia.