Salvemos a Svalbard, la tierra de la fauna del Ártico
Ubicado en Noruega, en la parte más septentrional del Ártico, está Svalbard, un archipiélago digno de ser comparado con un cuento de hadas. Un lugar fantástico que parece haber nacido en la mente de algún escritor fantasioso, donde el paisaje blanco se mezcla con sus montañas y otros colores.
"Costa Fría" es el signficado de Svalbard en islandés. Una de las curiosidades que nos entrega este lugar es que no te puedes morir, porque hace tanto frío que los cadáveres no se descomponen. Tampoco tienen carreteras para unir las distintas colonias que están asentadas en el archipiélago, todo se hace en barco, avión, helicóptero o simplemente caminar por la nieve.
También hay datos para los más curiososos, y es que Svalbard tiene un importante rol en la convervación de especies: aquí está la llamada "Bóveda del fin del mundo", un silo a prueba de terremotos, explosiones nucleares y otros problemas, que almacena las semillas de prácticamente todas las especies de cultivos en el mundo. Todo para salvaguardar una catástrofe mundial.
Pero Svalbard tiene más que ofrecernos, y es que su relevancia va más allá de cultivar virus en el permafrost o ser la niñera de las semillas de todo el globo. Y es que aquí se desarrolla casi toda la vida animal del Ártico.
En estas hostíles tierras se encuentra el reinado de los osos polares de esta parte del mundo, y es posible observar zorros, renos, y el introducido microtus levis, una especie de chinchilla que se encuentra en Grumant, una localidad abandonada en el archipiélago. También hay ballenas, delfines, focas y morsas. Para qué hablar de las aves, son 30 las especies que dominan el cielo de esta zona.
Pero el espectáculo es crudo y duro. Cada uno tiene la misión más grande de su vidad desde el primer minuto de nacer: sobrevivir.
Y a las implicancias del tiempo, el terreno y el hambre, se agrega el factor que hoy está de moda: el cambio climático.
Y es que el Ártico es el lugar que más se calienta en la Tierra, el clima está cambiando a una velocidad récord y los animales que viven ahí tienen que adaptarse en la carrera por la sobrevivencia.
Fiordos que se derriten, avalanchas cada vez más frecuentes y permafrost empapado por la lluvia que cubría la vegetación de la que la vida silvestre depende para sobrevivir, son las postales que Svalbard tiene en este 2023. Hoy es normal ver osos polares vagando por sus tierras sin orientación con la esperanza de encontrar comida para la semana.
Es así como los científicos están trabajando para aminorar los efectos del cambio climático en este lugar. Para eso utilizan globos meteorológicos, y otros instrumentos para medir y luego encontrar soluciones a este problema. Fue así que se descrubrió que el Ártico se calienta tres veces más que otras zonas del planeta.
El desafío sigue latente, frenar el cambio climático es fundamental para cuidar el paisaje de cuento de hadas que es Svalbard y sus míticos personajes.
