Era una verdadera bomba de tiempo para este perro. Un oficial del Servicio de Control de Animales, en solo minutos los salvó de un desenlace fatal.

Lo peor y lo mejor del ser humano en este relato. 

Lucky (Afortunado) es el nombre del protagonista de esta historia. Amarrado a una línea ferroviaria y abandonado a su suerte, solo era cosa de tiempo que un tren lo arrollara y terminara con su vida. Ladraba y lloraba para pedir ayuda, pero nadie lo escuchaba. 

Pero este perro tuvo una nueva oportunidad, una persona anónima se percató de su situación, y llamó al Servicio de Cuidado de Animales de la Ciudad de San Antonio. El oficial David Edwards fue quien atendió la llamada, el tiempo corría y la vida del perro estaba en juego. 

En solo minutos el rescatista se apostó en el lugar, analizó la situación y comenzó a proceder. “El oficial Edwards notó que la correa atada al cuello de Lucky estaba asegurada a las vías con un clavo, apretándose cada vez más a medida que se alejaba”, agregaron desde la organización en Facebook. 

El perro estaba muy desconfiado de él, a pesar de querer salir pronto de ahí. Edwards tuvo que acercarse de a poco al animal, y cuando encontró el momento, se aseguró con un palo de captura humanitario unos minutos después. 

Cuando pudo quitarle la correa con la que estaba amarrado el can, el oficial de control de animales se percató de un tren que retumbaba a la distancia. Su vida, y la del perro dependían de sus habilidades para liberarlo. 

“El oficial Edwards se movió de forma rápida y segura, ayudando a Lucky a salir de las vías”, agregaron desde la organización. Apenas llegaron al vehículo del especialista, un tren pasó zumbando por las vías. 

Afortunadamente, cuando el tren pasó, el perro estaba junto al oficial. De inmediato se subieron al vehículo y se trasladaron hasta el recinto del Servicio de Cuidado de Animales. En el lugar, le hicieron un chequeo y lo metieron en su propia perrera a la espera de una nueva familia. 

La organización compartió la publicación en Facebook, y un hombre identificado como Mr. C, lo adoptó. Apenas lo vio, se enamoró del perro y luego de hacer los trámites, "Lucky", pasó a llamarse "Duke", y vive feliz junto a su nueva familia. 

“Tan pronto como lo conocí, me di cuenta de que era exactamente el tipo de perro que encajaría con mi familia. Era tan relajado y tranquilo”, comentó Mr. C al Servicio de Control de Animales en su Facebook.