"Estalla" un agujero negro que parecía tranquilo y los expertos explican la razón
Un agujero negro que parecía ser tranquilo entró en erupción en el espacio a unos 800 millones de años luz y los expertos creen saber la razón del estallido.
Recientemente, un agujero negro que antes permanecía inactivo, ubicado en el núcleo de una galaxia a unos 800 millones de años luz de distancia, ha experimentado una erupción repentina y ahora emite ráfagas de gas cada 8,5 días antes de regresar a su estado habitual.
Los investigadores han observado un comportamiento inusual en este agujero negro, denominado "hipo periódico", que no se había registrado previamente en agujeros negros.
Sugieren que esta nueva conducta podría atribuirse a la presencia de un segundo agujero negro más pequeño orbitando alrededor del agujero negro central, causando impactos periódicos en su disco de gas. La presencia de este otro agujero negro más pequeño podría desencadenar la expulsión de material del disco de gas del agujero negro más grande en intervalos regulares de 8,5 días.
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Estos descubrimientos sobre la "pareja de baile" se han publicado en la revista Science Advances y plantean interrogantes sobre la concepción convencional de los discos de acreción, que se había considerado como estructuras giratorias de gas relativamente uniformes alrededor de los agujeros negros.
De acuerdo con los resultados, se sugiere que el contenido del disco de gas puede ser más diverso de lo esperado, potencialmente incluyendo la presencia de otros agujeros negros e incluso estrellas enteras.
Esta información proviene de un comunicado del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), que ha colaborado en la investigación junto con centros de la República Checa, Italia y Gran Bretaña.
Estallido de luz en 2020
Los descubrimientos surgieron a partir de una detección automatizada llevada a cabo por ASAS-SN, una red que consta de 20 telescopios robóticos distribuidos en varias ubicaciones de los hemisferios norte y sur. Esta red realiza una vigilancia diaria del cielo en busca de señales de supernovas y otros fenómenos transitorios.
En diciembre de 2020, ASAS-SN detectó un estallido de luz en una galaxia ubicada aproximadamente a 800 millones de años luz de distancia. Este suceso tuvo lugar en una región del cielo que hasta entonces había permanecido relativamente tranquila y oscura.
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Ante este descubrimiento, los investigadores optaron por dirigir su atención hacia la explosión utilizando el instrumento NICER de la NASA. Este telescopio, instalado a bordo de la Estación Espacial Internacional, monitorea de manera continua el cielo en busca de estallidos de rayos X que podrían indicar la presencia de actividad proveniente de estrellas de neutrones, agujeros negros y otros fenómenos gravitatorios extremos.
Durante aproximadamente cuatro meses, el fenómeno continuó antes de disminuir su intensidad y finalmente cesar. Durante este período, el NICER llevó a cabo mediciones diarias de las emisiones de rayos X provenientes de la galaxia.
Al analizar los datos recopilados, el equipo de investigadores observó un patrón intrigante: sutiles disminuciones en una banda muy específica de rayos X, que parecían repetirse cada 8,5 días.
El misterio de los agujeros negros
Mientras el equipo de investigadores del MIT buscaba una explicación, uno de sus científicos, Dheeraj R. Pasham, encontró un artículo escrito por físicos teóricos de la República Checa.
Estos físicos habían deducido teóricamente la posibilidad de que un agujero negro supermasivo en el centro de una galaxia pudiera albergar un segundo agujero negro considerablemente más pequeño.
El agujero negro más pequeño podría orbitar en un ángulo respecto al disco de acreción de su compañero mayor, y durante su órbita periódica, impactaría repetidamente el disco del agujero negro primario. Este proceso resultaría en la liberación periódica de una columna de gas desde el disco de acreción.