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"Es una locura", descubren nueva clase de vida en el sistema digestivo humano

Por: Zoe Weinert
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Los científicos descubrieron misteriosos fragmentos de material genético en el sistema digestivo parecidos a un virus, los cuales bautizaron como "obeliscos" por su apariencia larga y delgada.

Entre la selva de microorganismos que viven dentro de nosotros, los científicos que se encuentran en constante estudio del cuerpo humano, se han encontrado con un nuevo descubrimiento en el sistema digestivo que los dejó con la boca abierta. Se trata de una clase completamente nueva de vida parecida a un virus.

"Es una locura", aseguró en la revista Science el biólogo celular de la Universidad de Carolina del Norte, Mark Peifer, quien no participó en el estudio. "Cuanto más miramos, más locuras vemos".

Y es que hasta ahora no se han encontrado secuencias detectables ni similitudes estructurales conocidas por otros agentes biológicos que se parezcan a estos misteriosos fragmentos de material genético hallados en el sistema digestivo.

Es por eso que los biólogos de la Universidad de Stanford creen que el extraño descubrimiento no sería un virus en absoluto, sino un grupo completamente nuevo de entidades que pueden ayudar a cerrar la antigua brecha entre las moléculas genéticas más simples y los virus más complejos.

De hecho, Zheludev y su equipo no pudieron identificar ningún impacto de los obeliscos en sus huéspedes bacterianos, ni un medio por el cual pudieran propagarse entre las células.

Los llamados obeliscos del sistema digestivo. Créditos: Qimono (Pixabay)
Los llamados obeliscos del sistema digestivo. Créditos: Qimono (Pixabay)

¿Por qué no se descubrieron antes en el sistema digestivo?

"Los obeliscos comprenden una clase de ARN diversos que han colonizado y pasado desapercibidos en los microbiomas humanos y globales", escriben los investigadores en un artículo preimpreso y publicado en bioRxiv.

Las secuencias genéticas de los obeliscos, tienen un tamaño de sólo alrededor de 1.000 caracteres (nucleótidos). De hecho, esta brevedad es probablemente una de las razones por las que no los hemos notado anteriormente.

Incluso buscaron en 5,4 millones de conjuntos de datos de secuencias genéticas publicadas y lograron identificar casi 30.000 obeliscos distintos. Y al parecer los diferentes tipos de obeliscos parecen estar presentes en diferentes zonas de nuestro cuerpo no solo en el sistema digestivo.

 

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