Cada 22 de agosto se conmemora el Día Mundial de esta efeméride, para celebrar nuestra riqueza cultural y enaltecer todas las expresiones artísticas que poseen las tradiciones, costumbres, música, gastronomía y rasgos culturales, que enriquecen la identidad local de todas las partes del planeta.

El origen de la palabra nace precisamente un 22 de agosto, pero de 1846, en donde el escritor y arqueólogo inglés, Williams John Thoms, creó el término “folklore” con la intención de simplificar “antigüedades populares”.

Este juego de palabras da como resultado “saber tradicional del pueblo”. Pero ¿por qué? Pues “folk” significa pueblo, gente o raza y “lore”: saber, ciencia.

El creador basó su carrera en la recolección e investigación de mitos y leyendas propias de los pueblos, y como parte de esta labor, mandó una carta llamada “Folklore” a la revista Atheneum de Londres. Finalmente, fue publicada en la edición número 982, en donde validó sus estudios y argumentó el uso de esta nueva palabra.

Sin embargo, en nuestro país se fundó como disciplina científica en 1909 con la fundación de la Sociedad Folklore Chileno a través del lingüista alemán Rodolfo Lenz (1843-1937). Aunque también pudo ser a finales del siglo XIX, por los relatos de costumbres en los aportes teóricos de intelectuales como Eduardo de la Barra.

¿El folclor evoluciona con el tiempo?

Según Yvaín Eltit, presidente de la Sociedad Folclor Chileno “este término es un ente que está en un constante cambio, evoluciona día a día, pues no hablamos de una pieza de museo. Ahora bien, se ha colocado una fachada de un folclor en la hacienda donde el huaso y la china son moldes, el cual tiene poco y nada que ver con nuestro verdadero imaginario del país”.

En este mismo sentido, explica que “estos personajes son estereotipos del folclor, cuando hay más personas o más sujetos populares, como lo es el roto, el minero, el ganadero, la temporera, entre otros. Hay una diversificación de personas o distintos integrantes de lo que podría entenderse como el folclor chileno”.

No sólo es música

Si bien, este término abarca las melodías y los ritmos, también se encuentra ligada a otras aristas, Yvaín agrega: “Si usted, por ejemplo, sabe una historia de una animita, tiene un conjunto de modismos que se pronunciaban en Chile en el siglo XIX, o hay una comida típica en una zona determinada, es parte del folclor. Esto debe ser permanente y constante en los diferentes trabajos que la folclorología realiza”.

Gocemos y aprovechemos este día tan especial e importante, que nos deja una huella imborrable que trasciende de generación en generación. Y que, gracias a ella, podemos destacarnos y volvernos únicos, tal como lo hacen los otros países del mundo.