Descubren el secreto de los cerebros preservados naturalmente por miles de años
La antropóloga Alexandra Morton-Hayward lideró una investigación para refutar la creencia de que es extraño que los cerebros sean hallados perfectamente conservados.
Los cerebros, son los tejidos más delicados del cuerpo, tienen una tendencia a descomponerse rápidamente después de la muerte, convirtiéndose en líquido y dejando únicamente el cráneo.
Por eso, resulta fascinante para la antropóloga forense Alexandra Morton-Hayward descubrir miles de casos en los que los cerebros se conservan prácticamente intactos durante cientos e incluso miles de años.
La profesora del Departamento de Ciencias de la Tierra de la Universidad de Oxford encabezó una investigación para desafiar la noción de que los cerebros perfectamente conservados son hallazgos arqueológicos extremadamente raros.
De hecho, su estudio demostró que los tejidos nerviosos persisten en mayor abundancia de lo que se pensaba anteriormente, gracias a condiciones específicas que ayudan a prevenir su descomposición.
El estudio, publicado en la revista científica de la Real Sociedad de Londres para el Avance de la Ciencia Natural, compiló una muestra de más de 4.000 cerebros humanos encontrados en más de 200 registros, algunos de los cuales datan de mediados del siglo XVII.
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Entre ellos figura un cerebro con una antigüedad de 12.000 años que fue descubierto en las proximidades de unos dientes de mamut en lo que hoy es Rusia.
Los registros contienen menciones de una amplia gama de sitios arqueológicos, como las orillas de un lago durante la Edad de Piedra en Suecia, las profundidades de una mina de sal en Irán alrededor del año 500 A.C. y la cima de los volcanes andinos durante el apogeo del Imperio Inca.
Morton-Hayward sugiere que estos cerebros antiguos podrían representar una valiosa fuente de información sobre nuestro pasado que aún no se ha aprovechado completamente.
"En principio, deberíamos encontrar proteínas y ADN en los cerebros que estén menos degradados que los de los huesos. Una vez que tengamos este material, podemos aprender mucho sobre nuestros antepasados a partir de él", explicó en una entrevista con la revista Science.
El estudio de los cerebros
Se realizaron comparaciones entre cada uno de los cerebros registrados y los datos climáticos históricos correspondientes a sus respectivas áreas, con el propósito de investigar las tendencias en cuanto a cuándo y dónde fueron encontrados.
Estos análisis revelaron tendencias en las condiciones ambientales vinculadas a diferentes métodos de conservación a lo largo del tiempo, como la deshidratación, la congelación, la saponificación, que transforma las grasas en una sustancia jabonosa llamada "cera de tumba" y el curtido.
Sin embargo, estos procesos conocidos preservan todos los tejidos blandos, no solo los cerebros. No explican los 1.300 casos en los que el cerebro es el único tejido blando que se conserva.
Según los investigadores, esto se debe a lo que llaman un quinto mecanismo de conservación.