Erika Olivera reveló los detalles de su infancia en un campamento
Durante este nuevo episodio de, “Sigamos de Largo”, la diputada de “Chile Vamos”, Erika Olivera, conversó sobre su niñez y nos reveló las dificultades con las que vivió desde corta edad cuando, junto a su familia y sus hermanos, creció en un campamento.
La atleta, que rechazó la propuesta del diputado Karim Bianchi para un nuevo retiro de los fondos de la AFP, explicó que espera que, durante esta pandemia, las medidas que tomó el ejecutivo nacional para el control de la crisis comiencen a surtir efecto en la población, situación que evitaría una medida extrema como lo fue la del retiro del fondo de pensión.
En conversación con Maly Jorquiera y Sergio Lagos, Erika respondió la consulta sobre las declaraciones que ofreció en la cámara de diputados donde aseguró que conoce las penurias que se vive en un campamento, explicándonos que durante casi 4 años tuvo que vivir en esa situación.
“Vivir en el campamento, claro, es ahí donde uno conoce lo más crudo y lo más duro que viven muchos chilenos y chilenas”, manifestó la invitada, quien, desde sus 4 años, hasta los 8, creció en el “Campamento El Porvenir” para luego mudarse a una población en la comuna de Puente Alto.
“Muchas veces no tienes luz, no tienes agua, no tienes un baño dentro de la casa, sino que los baños están afuera. Son letrinas. Por lo tanto, las situaciones son bastante precarias, sobre todo para un niño”, desclasifico la diputada, contándonos también que desde chica tuvo que hacerse cargo de sus familiares.
“La verdad es que mi hermano mayor y yo éramos los que teníamos muchas veces que hacernos cargo del cuidado de los más pequeños. Y claro, empezamos a trabajar desde muy chiquititos para poder comer”, contó la exatleta y maratonista, asegurando que vendía sopaipillas, pan amasado, entre otros productos en su colegio para llevar el sustento a su casa.
“El día domingo, de hecho, yo me iba a las canchas que estaban en la comuna de Puente Alto, en la población Carol Urzúa, a vender las empanadas. Entonces, siempre es divertido porque uno dice: ‘ahí fue que a lo mejor nació esto por correr’, porque finalmente se me terminaban las empanadas, iba corriendo a mi casa a buscar más y volvía a las canchas a vender”, contó Erika, señalando que sus padres se quedaban en la casa para preparar los alimentos que ella vendía.
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