Capítulo 100 / Ágata enfrenta a Raimundo
La despedida de Josefa continúa. Luego del funeral y el mal rato vivido por la repentina aparición de Marco, todos se van a la casa de los Errázuriz. Carmen se hace presente para acompañar a Gabriel en este momento tan difícil, aunque cree haber cometido un error al ir, ya que podría incomodar a alguien.
Hernán no para de beber alcohol durante el encuentro, ante la mirada desesperada de su hija de Trinidad. La situación se torna mucho más desagradable, cuando Hernán da un discurso para recordar a Josefa muy inoportuno.
Carmen se acerca a Gabriel para darle su apoyo en todo lo que venga por delante, y se muestra muy afectada por lo sucedido. Posteriormente, Gabriel es llamado por Feliciano para que conversen en privado. Una vez en la cocina, el comisario se refiere a la situación ocurrida con Marco en el funeral, y le advierte a Gabriel que la rabia contenida en el ex de Josefa podría significar un grave peligro para él y su hija.
Inés y Raimundo se topan en una de las habitaciones de la casa, lugar en donde intentan solucionar los conflictos que han tenido. Inés le dice que sus planes de irse a España se han detenido por la reciente muerte de Josefa. En tanto Raimundo le comenta que no tiene una mala percepción de ella, y que incluso ha extrañada la cercanía que ambos tenían.
Alonso y Ágata deciden ir a un lugar más privado para poder conversar, pero se topan en uno de los pasillos de la casa con Raimundo e Inés abrazados, lo que genera un tenso momento. Inés intenta explicar la situación, pero Ágata no esconde sus celos. Raimundo, sin embargo, decide confesarle a su mujer que Inés es la amiga con la que chateaba por teléfono.
En la cocina, Trinidad encara a Benjamín sobre la partida de Josefa, y le exige que le cuente qué fue lo que conversó con ella los minutos antes de morir. Benjamín se defiende con que no ocurrió nada indebido, pero Trinidad se resiste a creer.
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