Lugares que Hablan
Sábados después de T13 Central
Difícil e intensa odisea

Pancho Saavedra pasó un tremendo susto al cruzar puente de madera

Por: Francisca Oliva
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Pancho Saavedra pasó un tremendo susto mientras manejaba su camioneta. Debió pasar por encima de un débil puente de madera casero.

 

Este primer sábado de octubre Canal 13 emitió el cuarto capítulo de larga duración de la nueva temporada de Lugares que hablan. El espacio recorrió los principales cajones que rodean el Nevado de Longaví, en la Región del Maule.

El programa del Área de Cultura mostró las profundas tradiciones que se viven en estas apartadas localidades de la zona central, como el Cajón del Pejerrey, donde conocimos a los “chalailas” y en Llepo, cerca de Linares, visitamos a una popular artesana.

Además, Pancho Saavedra, conoció a un arriero que siendo un niño, hace seis décadas, colaboró en el hallazgo de un avión caído y junto a él visitó el lugar, cumpliendo el sueño de este hombre.

Pancho Saavedra y su extrema odisea

Al principio del episodio, antes de conocer las historias humanas a los pies de los Nevados de Longaví, el equipo del programa se dirigió hasta el sector de Río Blanco para encontrarse con José Ortega, un habitante del lugar que lo ayudaría a ingresar a esta apartada zona.

 

Pancho Saavedra pasó un tremendo susto mientras manejaba su camioneta.
Pancho Saavedra pasó un tremendo susto mientras manejaba su camioneta.

 

“A rato piensas que estás en la patagonia”, dijo Pancho mientras observaba el hermoso paisaje, aunque con un complicado camino. 

Llegaron hasta un puente de madera, único medio para cruzar el río y continuar con la travesía.

“Son puros palitos”, dijo muy asustado el conductor cuando vio a lo que se enfrentaba. El hombre que lo acompañaba intentó calmarlo diciéndole que si se puede lograr.

 

Pancho Saavedra pasó un tremendo susto mientras manejaba su camioneta.
Pancho Saavedra pasó un tremendo susto mientras manejaba su camioneta.

 

Preocupado por el gran peso de la camioneta, Pancho comenzó a manejar lentamente sobre el puente. “Ay señor, qué susto...Concha.. que miedo”, expresó en ese extremo momento.

Finalmente, logró cruzar él y la camioneta sin problemas. “Quedé con el cuello agarrotado, (...). Que complicado para los vecinos”, reflexiona, y es que más tarde Pancho se reuniría con las demás familias que viven en estas apartadas condiciones para entender la situación.

 

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