Nació en Venezuela y es descendiente de armenios: la historia de vida de Mariana Derderián
En un nuevo capítulo de “Los 5 Mandamientos”, la actriz Mariana Derderián contó su historia de vida: descendiente de armenios y nacida en Venezuela.
En una nueva conversación en el estudio de “Los 5 Mandamientos”, el animador, Martín Cárcamo, tuvo como invitadas estelares a las actrices nacionales, Begoña Basauri y Mariana Derderián, con quienes compartió una noche llena de confesiones.
Durante la conversación, Mariana Derderián decidió explicar sus raíces armenias y su nacimiento en Venezuela. Experiencias e historias que hasta hoy la definen.
La historia de Mariana Derderián
"Mis abuelos armenios, por la invasión turca y el genocidio, quedaron huérfanos a muy temprana edad, los agarra una ONG, los lleva al barrio armenio en Jerusalén, los casa, los suben a un barco y se van a Valparaíso. Llegan a Quillota. Ellos no tenían idea ni qué edad tenían, no hablaban ni una palabra de español. Mi abuela, como se llamaba Sirvat, que significa capullito de rosa, eligió que su cumpleaños iba a ser para Santa Rosa, y dijo 'Tengo 13', se puso una edad", contó la actriz, agregando que su segundo nombre es Sirvat en honor a su abuela, a la que alcanzó a ver una sola vez en su vida.
"Es una historia triste, pero me siento súper orgullosa en verdad", dijo, agregando que, por esta historia de dolor, a sus familiares les ha costado reconciliarse con el mundo turco. "A mis tías cuando estaban de moda las teleserie turcas les encantaban, pero las veían con culpa. Por eso las veían día por medio", afirmó.
Fue cuando sus padres se casaron que decidieron irse a vivir a Venezuela, donde finalmente nació Mariana. "Viví en Caracas hasta los 9, casi 10. Era un Venezuela riquísimo, maravilloso. Pero llegado un momento, mis papás querían volver a estar con la familia, que nos criáramos con los primos y todo, así que volvimos a Chile", contó.
Su llegada fue encontrarse con un mundo totalmente nuevo. "Los primeros inviernos fueron horribles (...) Yo decía 'Ay, viene mi mamá a buscarme en el carro', y me hacían bullying. Cuarto básico, yo llegaba al colegio y era 'Hola maestra' 'Dígame tía', decía ella. 'Pero tú no eres mi tía, por qué te tengo que decir tía', y todo así con acento, y me empezaban a molestar por cómo hablaba", dijo.
Debido a esto, ella decidió “agregarle a todo 'po', y de a poquito fui chilenizándome, que era lo que yo más quería", contó. Sin embargo, todavía se le salen expresiones venezolanas de vez en cuando. "En la casa yo digo 'la nevera', 'la gaveta', porque mis papás siguen hablando con ciertas palabras".