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Entretenida y polémica dinámica

El Consultorio del amor: Romántica confesión de Pangal en Ganar o Servir

Botota y Pangal, en el Consultorio del Amor de Ganar o Servir.
Botota y Pangal, en el Consultorio del Amor de Ganar o Servir.
Por: Sebastián Montalva
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Pangal Andrade volvió a dejar bien en claro lo muy enamorado que está, con una historia que dejó sin aliento a Botota. El nacional nos llevó a la categoría de campeones del mundo del romanticismo, desplazando al argentino Luis Mateucci, de bochornosa participación.

El consultorio del amor de Botota Fox empezó con todo. Su primera consulta debió ser suspendida por la estridente reacción de Oriana Marzoli en contra del paciente Luis Mateucci, para quién pidió “una limpieza del cerebro y morbosidad”.

La reacción de Oriana durante el consultorio del amor de Ganar o Servir.
La reacción de Oriana durante el consultorio del amor de Ganar o Servir.

El cordobés perdió la oportunidad de un momento romántico junto a Daniela Colett, pues las consecuencia de sus actos estallaron de la peor manera, justo en el consultorio del amor, con su pareja y su ex pareja dedicándole variados cuestionamientos.

Pero el bochornoso instante fue sucedido por uno muy especial, las confesiones de Pangal Andrade, cuya historia encendió la dinámica liderada por la doctorada en amor, Botota Fox.

Pangal en el consultorio del amor de Ganar o Servir.
Pangal en el consultorio del amor de Ganar o Servir.

La transformista nacional le preguntó a Pangal como hizo para conquistar a su pareja, la periodista Melina Noto, dando paso a una de las confesiones más románticas de Ganar o Servir.

Antes de la ardiente historia, Andrade aseguró “estar bloqueado” y no caer en la tentación con las mujeres en la casona de Ganar o Servir debido a una poderosa razón: Está profundamente enamorado.

Botota y Pangal en Ganar o Servir.
Botota y Pangal en Ganar o Servir.

El fortachón del Cajón del Maipo confesó que estuvo ideando la forma de convencer a su actual pareja, hasta dar con una receta: “Le dije ¿Te quieres ir al Cajón del Maipo? Dijo que sí, y la llevé a caballo hasta la punta del cerro. Llegamos, y nos fuimos a bañar a una poza, y le dije…”

La reacción de Botota es de antología, tal como el final de la historia: "Ay dios mío, me da cosa. Más que un consultorio, esto parece una cosa erótica".

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