Pancho Saavedra llora en pantalla porque echa de menos a su abuela
El querido animador de televisión no aguantó las lágrimas en “Aquí somos todos”. Esto luego de que el doctor Juan Carlos Molina dijera que él es quien está a cargo de la salud de la familiar del comunicador.
Las emociones están a flor de piel por el distanciamiento social provocado por el coronavirus. Así lo confirmó este viernes el conductor Pancho Saavedra, quien lloró en pantalla porque echa de menos a su abuela, quien vive en la ciudad de Curicó.
El momento ocurrió en el programa “Aquí somos todos”, donde Saavedra estaba haciendo contacto a través de videollamada para hablar de su espacio “Abrazo en línea” y colaborar con su opinión respecto a los temas que se toman la pauta del proyecto a cargo de Ángeles Araya.
La emoción vino luego de que el geriatra Juan Carlos Molina, panelista del programa, mencionara que tiene una conexión con el animador de “Lugares que hablan” y “Contra viento y marea”: es quien atiende a su querida familiar.
“Un saludo tremendo, Panchito. Tengo que privilegio de ser el médico de tu abuela”, le dijo el doctor al comunicador, quien se mostró emocionado rápidamente tras escuchas al especialista. “Eso le quería decir. Me va a hacer llorar porque usted es el médico de mi abuelita, que está muy bien cuidada en Curicó ahora. Pero, el hecho de no poder estar con ella hoy día me hace echarla mucho, mucho de menos”, expresó entre lágrimas.
Pancho Saavedra añadió que “yo sé que usted, cada vez que mi mamá la lleva al doctor, la cuida, la encontró bien el último tiempo. Y estamos todos preocupados por nuestros adultos mayores también”.
“Lo que pasa es que las emociones están a flor de piel. Cuando uno no puede abrazar a los suyos, cuando está lejos porque sería un acto de irresponsabilidad que yo tomara una camioneta y me fuera a darle besos y abrazos, duele, duelo y le quiero dar las gracias doctor por ser tan humano (...) Yo le agradezco lo que hace por mi abuela”, destacó.
Saavedra confesó que no ve a su abuelita hace unos 40 días. "Se extraña el olor, el contacto, echo de menos a mis papás, a mi hermana, que vive en Chillán. De repente, me pego mis lloriqueadas", confesó.
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