Enfermera perdió pierna por dolor que ignoró en lucha contra el coronavirus
Sette Buenaventura trabaja en extensos turnos hospitalarios para combatir la pandemia del coronavirus. Sin embargo, dejó de lado una molestia que terminó siendo cáncer. La amputación de la extremidad se transformó en la única manera de erradicar el sarcoma.
Se trata de una trágica historia. Una enfermera perdió su pierna derecha por un dolor que ignoró durante la lucha contra el coronavirus. La afectada es una joven de 26 años de edad, quien no le prestó atención a una dolencia que padecía en su extremidad mientras trabajaba para ayudar a quienes estaban contagiados con el COVID-19.
Esta situación ocurrió en Inglaterra y Sette Buenaventura es el nombre de la mujer que sufrió los efectos de no poner atención suficiente a lo que su cuerpo le decía durante ocho semanas. En concreto, esta trabajadora de la salud presentó calambras ocasionales durante 2 meses, tiempo en que no se trató como correspondía.
Foto: Caters News
De acuerdo al sitio Metro, Sette optó por continuar con sus turnos de 12 horas en el Hospital Salford Royal en la ciudad de Gran Manchester, por la batalla contra el coronavirus. Sin embargo, cuando consultó por sus dolores, en abril, se enteró que se trataba de un sarcoma en la pierna derecha, el cual provocó que le amputaran la extremidad.
La joven fue intervenida en el mes de mayo, un mes después de que le diagnosticaran el cáncer. “Cuando me dijeron que iba a perder una de las piernas, me molesté mucho, pero como no tenía tiempo para pensar en eso, simplemente seguí adelante sabiendo que no tenía otra opción”, afirmó la joven, quien también trabaja como modelo en sus tiempos libres.
Foto: Caters News
“No puedo mirarme en el espejo ahora y no quiero porque es demasiado reconocer que lo que estoy viendo en el espejo es mi nuevo yo”, afirmó Sette Buenaventura, quien llegó a perder su pierna, de manera indirecta, por la lucha que vive día a día contra el coronavirus.
Su compromiso por el coronavirus
Esta enfermera explicó cómo llegó al punto de ignorar las dolencias que la acompañaron durante dos meses en su extremidad. “Cuando comenzó el coronavirus, trabajamos a tope, no teníamos tiempo para preocuparnos por los dolores y molestias, estábamos allí cada hora para ayudar a cualquiera que nos necesitara, tuve un gusto real por ese nivel de compromiso”, aseguró.
Foto: Caters News
“Así es trabajar en los hospitales, te olvidas de tus propios dolores porque estás ocupado ayudando a otras personas, lo cual me encanta hacer, pero todo tiene un costo”, agregó quien igualmente ve con esperanza su futuro, ya libre del cáncer que la atacó sigilosamente mientras batallaba por el bienestar de otros.
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