Qué es el “porno ético”, la nueva forma de pornografía
Recientemente la industria de la pornografía se ha visto en el blanco de las críticas. No solo por lo que enseña y representa, sino por la precariedad de sus trabajadores, e incluso por promover la explotación sexual.
A raíz de esto, es que ha surgido el concepto de “porno ético” o “pornografía ética”, el que por su parte tampoco ha estado exento de críticas.
Ahora bien, hay varios que difieren sobre a qué apunta este término, pero en general se refiere a la producción, venta y el consumo de la pornografía bajo principios éticos.
La gente que utiliza este concepto puede hacer referencia tanto en velar por que ningún trabajador de la pornografía se vea perjudicado; en una correcta y diversa representación de los cuerpos y del sexo; e incluso en que su forma de consumo sea la adecuada.
Respeto a trabajadores del porno
Se ha hecho conocido el hecho de que el porno esconde cientos de casos de trata de personas, que son obligadas a actos sexuales para la venta de material pornográfico. Asimismo, los casos en los que actores y actrices porno denuncian precariedad laboral son varios.
La ex actriz de pornografía española Amarna Miller señala en Tribus Ocultas que la falta de regulación de la industria da origen a condiciones precarias extremas.
“Escenas en las que no conoces quien será tu compañero de rodaje hasta el mismo día de la grabación. Agentes y representantes que intentan prostituirte. Hablo de trabajar durante muchísimo más de ocho horas sin cobrar horas extras, ni nocturnidad. Hablo de no tener baño, agua ni comida durante un rodaje”, explica, entre otras cosas.
Pare ella, el aspecto básico que debe tratar la “pornografía ética” es entonces tener un marco regulador para la industria del porno que acredite condiciones dignas a sus trabajadores.
Así lo aborda también el psicólogo clínico David Ley en su libro “Porno ético para penes: Una guía para hombres para ver placer responsablemente”, indicando que el “porno ético” debe ser producido de forma legal y respetar todos los derechos de los actores.
Representación en el porno
Sin embargo, este concepto abarca más allá, y aborda el tema de cómo se representa al hombre, a la mujer, y a las relaciones sexuales en la pornografía. Sobre todo si consideramos que son muchos los adolescentes los que “aprenden” sobre sexo en sitios XXX.
Según el estudio llamado “(Des)información sexual: pornografía y adolescencia” hecho por Save The Children, para el 30% de los 1.753 adolescentes de entre 13 y 17 años encuestados, la pornografía es el único recurso para aprender sobre sexualidad que disponen.
Además, la mayoría comienza a ver porno a los 12 años, y el tipo de contenido está basado en su mayoría en la violencia.
El actor porno Sylvan Gavroche habla en El Diario sobre el “porno mainstream” (el común), e indica que generalmente este contenido perpetúa los roles de género clásicos del hombre dominante y la mujer sumisa.
Para él, el “porno ético” o “porno alternativo” no se centra solo en el acto sexual, sino que se piensa en los otros factores para tener una sexualidad sana como empatía, comunicación, el vínculo con las emociones, y esto se plasma en la película pornográfica.
Asimismo, la pornografía ética puede abarcar el cómo se consume ésta. “Además de ser partidario de un producto que esté hecho de manera ética, debemos usarlo de la misma manera”, explica el terapeuta matrimonial Marty Klein, como se señala en una nota de CNN.
“Eso significa disfrutarlo de una manera en la que se destaquen los aspectos positivos de tu propia vida y relaciones sexuales. Por ejemplo no romper ninguna de las promesas que le haces a tu pareja sobre la cantidad de porno que ves y no usar el porno para esconderte de tu pareja o hacerla sentir mal con comparaciones explícitas de los cuerpos de las estrellas porno”, dice Klein.
Sin embargo, hay quienes piensan que el “porno ético” es solo un concepto para “maquillar” lo negativo de la industria pornográfica.
Para la psicóloga feminista Nerea Sanchís Rodríguez en Tribuna Feminista “la pornografía no puede ser buena, ni ética, ni feminista, porque al igual que la prostitución es una institución patriarcal y un negocio. Uno de los pilares mas importantes de la industria del sexo (IS), que comparte mucho con la prostitución, empezando por la mercantilización de los cuerpos, donde de nuevo las mas perjudicadas son las mujeres y niñas que alimentan esta industria todo poderosa”.