Las "red flags" más comunes de las amistades tóxicas: ¿Te identificas con alguna?

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Elegir una amistad va más allá de la afinidad o los temas en común que podamos tener con esa persona. Más bien, elegimos ser amigo o amiga de alguien por la confianza que nos entrega y por lo que aporta en nuestras vidas. 

Sin embargo, también es común que nos encontremos con amistades tóxicas que afectan nuestra salud emocional y social, por lo que es importante que logres ver las "red flags" o ciertas señales que lo indiquen. 

Aunque esto no es tan fácil como parece. Puede que terminar con una amistad con alguien que formó parte de momentos importantes de tu vida sea algo tedioso, y hasta doloroso, pero la verdad es que esta puede ser la decisión más sana si los comportamientos de esa personas empiezan a afectarte.

Entonces, ¿cómo nos percatamos si una amiga es tóxica o no? Existen varias señales que pueden indicar que esa persona ya no es la mejor compañía, por eso te explicamos todo lo que debes saber sobre este tipo de relaciones para no seguir conservándolas. 

¿Qué son las "red flags" en las amistades?

El término "red flags", o "banderas rojas" en español, normalmente se relaciona con el peligro, una señal de advertencia de un escenario peligroso. Se hizo común en redes sociales para evidenciar actitudes y comportamientos que podrían llegar a tener las personas como señales de prevención. 

amistades tóxicas
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Las "red flags" en las amistades tóxicas pueden verse de diferentes formas y es muy común que en el momento que un amigo nos trata mal y personas cercanas a nosotros lo evidencia, tratamos siempre de justificarlo diciendo que él es así o que no es una mala persona, que cuando lo conoces es totalmente diferente y de esa manera nos vamos creyendo nuestras propias mentiras, dejando pasar el daño emocional que nos provoca. 

Estas son las "red flags" que pueden tener las amistades tóxicas

No hay confianza

La confianza lo es todo para determinar quién es un amigo, mientras más confianza tengamos, más importante será esta persona en nuestras vidas.

Sin embargo, si constantemente nuestro amigo o amiga revela nuestros secretos a otras personas o no es discreto con ciertos temas a la hora de estar en grupo, es evidente que lo único que busca es llamar la atención. 

En estos casos es ideal dejar claro que lo que estamos contando es un secreto, y si aun así se lo cuenta a todo el mundo, entonces lo mejor es poner un poco de distancia con esa persona, sobre todo a la hora de hablar de temas delicados.

Solo piensa en sí misma

Este tipo de personas suelen ser narcisistas y solo están interesadas en hablar de sí mismos y de lo que a ellos les suceda, dejando a la otra persona como un simple espectador y oyente.

Estas amistades suelen comparar todo lo que a ti te sucede con experiencias vividas para desviar la atención hacia él o ella y pases de contarle un problema a escuchar los suyos.

Tiene una visión negativa de todo

Siempre que nos pasa algo bueno o malo queremos contárselo a nuestro mejor amigo o amiga, para que celebre nuestros triunfos y nos ayude en las penas.

Una de las señales de que esa amistad puede ser tóxica es cuando hablar con esta amistad nos deprime y nos hace sentir mal.

Hace bromas dañinas a tu costa

Los chistes dejan de hacer gracia cuando hieres a un ser querido deliberadamente. Por eso es tan importante darle un stop a ese amigo que constantemente está haciendo bromas a tu costa, a menudo delante de otras personas, y provocando un clima de tensión e incomodidad.

Hunde tu autoestima para subir la suya

Si cada vez que subes una foto tuya a los stories de Instagram, tu amigo te comenta para criticarte –probablemente con la excusa de que son bromas–, activa tus alarmas internas. En realidad está intentando machacar tu autoestima para sentir que es “el ganador” en vuestra relación. Esta dinámica convierte las amistades en una competición, deteriorando la autoestima de ambas partes.

Intenta aislarte

Cuando quedas con tu pareja, con tu familia o con otro grupo de amigos, sabes que vas a discutir. Considera tu vida social como una traición o una falta de lealtad, por eso has empezado a engañarle diciendo que no has quedado con nadie, cuando en realidad estás disfrutando con personas que sí te aportan felicidad. Mentir no es la solución, poner límites sí.

Ignora tus necesidades emocionales

Una de las red flags más peligrosas es la minimización emocional. En otras palabras, todo lo que te pasa “es una tontería”. Si estás triste, él lo está más. Si has tenido un drama, nunca es para tanto. Todo lo que te sucede, sea bueno o malo, lo pasa por alto. Cuando hablas sobre ello, rápidamente cambia de tema, como si le diese igual lo que está sucediendo en tu cabeza.

Pierde los papeles cuando discuten

Discutir no es algo malo. El problema surge cuando durante esas discusiones, hay faltas de respeto.

Si tu amigo te insulta, te grita, te humilla o incluso te agrede físicamente, en realidad está cruzando la línea de la violencia. No debemos justificar este tipo de conductas bajo ningún concepto.

Convierte los planes en una obligación

Una de las señales más claras de que tu amistad está abocada al fracaso es que no te apetece nunca hacer planes con esa persona. Así como hay gente que nos hace sentir relajada, plena, empoderada, hay otras personas que nos hunden, nos tensan y nos restan energía. Si tu amigo es de estos últimos, es hora de reevaluar la situación.

¿Cómo afrontar una amistad tóxica?

Al igual que está mal poner la etiqueta de "tóxica" a una persona y hacer ghosting –desaparecer de la vida de esa persona sin justificación–, también está mal justificar todas las conductas dañinas que un amigo tiene.

amistades tóxicas
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En el primer caso, se sentirá aislada y dolida, empeorando su comportamiento dañino. En cambio, si nunca le decimos que algo va mal, tampoco pedirá ayuda ni intentará cambiar. Pero entonces, ¿cómo debemos actuar si un amigo tiene dinámicas tóxicas?

  • No cedas ante sus presiones desproporcionadas ni ante el chantaje emocional.
  • Si camufla las faltas de respeto con humor, no te lo tomes a broma.
  • Prioriza tu salud mental en vez de pensar siempre en la otra persona.
  • Dedica tiempo a otras amistades más saludables.
  • Si la situación es extrema, pon fin a esa amistad dejando claros los motivos.