La ansiedad, problemas con el alcohol y el juicio al cuerpo: El duro recorrido de Adele
El éxito de Adele fue rotundo y meteórico. Con tan solo 18 años saltó a la fama gracias a su talento y grandiosa voz. Aunque su fragilidad, sus adicciones y algunos amores difíciles pudieron haberle jugado en contra, esto no impidieron su ascenso en el mundo de la música.
La reconocida cantante británica, hija de madre soltera que sacrificó su carrera musical para criarla, tuvo su golpe de suerte cuando un productor escuchó las canciones que había subido en aquel entonces a la red social MySpace, quien quedó maravillado por su talento y la llevó a la fama.
Es que no bien conoció la fama mundial, la cantante y compositora nacida el 5 de mayo de 1988 en Tottenham, Londres, como Adele Laurie Blue Adkins, se expuso a todo tipo de comentarios sobre su vida, su intimidad, su aspecto físico, sus decisiones y sus parejas. Era lógico que en algún momento se cansara hasta de sus fans.
Y no solo debió enfrentarse a las críticas del público, sino que también a un trastorno de ansiedad y a un consumo problemático del alcohol, y por si fuera poco, a una tóxica relación con los hombres producto de la soledad que vivió en su infancia. De tal manera, el éxito de su trabajo es el reflejo de la travesía por el desierto en la que se convirtió su vida desde 2015.
Los primeros pasos de la exitosa carrera de Adele
Adele fue descubierta por dos canciones que subió a Myspace, la red social que en esos años hacía punta en la música y la cultura pop. Un productor de la discográfica XL la escuchó, y así le llegó su primer golpe de suerte: hizo sus primeras colaboraciones y empezó a trabajar en su álbum debut, 19, que se editó cuando acababa de festejarlos, en 2007.
Desde ese momento, todo fue meteórico; televisión, shows, y canciones escritas por una adolescente en el puesto número uno de los charts británicos. Menos de un año más tarde, en 2008, se convirtió en la primera artista en recibir el Brit Awards Critics’ Choice y en la revelación de la encuesta anual de la música de la BBC.
En enero lanzó su segundo single, Chasing Pavements, a sólo unos meses de su debut. El tema estuvo segundo en las carteleras del Reino Unido por cuatro semanas seguidas y todo el disco entró en la historia de los esenciales del Times. Ese marzo firmó un contrato con Columbia para insertarse en el mercado americano. No había cumplido 20 años y era un fenómeno internacional.
La ansiedad y los problemas con el alcohol de Adele
Los ataques de ansiedad y el consumo problemático de alcohol, que quizá terminó por legarle el abandono de su padre, hicieron mella en su carácter tanto como las ganas precoces de formar una familia tradicional y encontrar un hombre que la quisiera para siempre.
En una entrevista con Vogue, Adele contó que sólo con los años de terapia pudo entender que la indecisión es peor que las malas decisiones y que la ansiedad es algo con lo que tuvo que amigarse: “Aprendí muchas herramientas para hacerle frente, pero también cómo dejar que pase. Me di cuenta de que la ansiedad empeora cuando tratas de liberarte de ella".
El juicio al cuerpo de Adele
Eso no fue todo. Muchas personas criticaron su aspecto físico antes de apreciar su voz. El desaparecido Karl Lagerfeld lo dijo sin eufemismos: “La sensación del momento es Adele. Está un poco muy excedida de peso, pero tiene una cara preciosa y una voz divina”.
A lo que ella respondió: "Nunca quise verme como las modelos de las tapas de revistas. Represento a una mayoría de mujeres que no encajan en esos parámetros y estoy muy orgullosa de eso", dijo. El entonces diseñador de Chanel tuvo que pedir disculpas públicas, pero la crueldad nunca se detuvo.
Ni siquiera hace tres años, cuando perdió 45 kilos gracias a la dieta Stirt (badada en el consumo de enzimas sirtuinas o SIRS, contenidas en alimentos como el café, el chocolate amargo, el aceite de oliva, el perejil, las nueves y vino tinto) y una rutina diaria de ejercicios con pesas.
Después de haber aparecido ante la audiencia con un sorprendente cambio en su físico, la audiencia comenzó a cobrarle sus antiguas declaraciones diciendo que aceptaba su cuerpo, y si era así, debía mantenerse gorda.
Es más, la cantante confesó de haberse dado cuenta que "cuando hacía ejercicio no tenía ansiedad. Nunca se trató de perder peso. Pensé que si podía hacer que mi cuerpo fuese físicamente fuerte, y puedo sentirlo y verlo, entonces tal vez algún día pueda hacer que mis emociones y mi mente sean físicamente fuertes".
Durante este último tiempo, Adele ha tenido que lidiar con la ansiedad de forma constante, asegurando que eso la llevó a hacer ejercicio durante dos horas al día. “Hubo mucha meditación, mucha terapia, y pasé mucho tiempo sola", ha recordado también sobre aquellos días".