¿Buena o mala feminista? Contradicciones a las que nos enfrentamos a diario como mujeres
Una perspectiva global del feminismo que queremos es: inclusivo, interracial y transversal. Un feminismo para todas. Fácil de resumir, pero complejo de llevar a la práctica.
Aunque, muchas veces podemos llegar a replantearnos qué tipo de feminista somos. ¿Hay tipos de feminismo y de feministas? ¿También en esto establecemos arquetipos y moldes en los que encajar? ¿Buena feminista y mala feminista?
Un retrato de la buena feminista
De acuerdo a un artículo publicado por el sitio web Bloom, el retrato de una "buena feminista" se compone de:
1. "No pasa una". Es decir, no permite un paso en falso en ninguna conversación. “Las batallas dialécticas serán feministas o no serán”, parece ser su lema. Siempre tiene la frase adecuada y la cita académica a la que referirse. Pone los puntos sobre las íes con un argumentario pulido y sin fisuras.
2. Su aspecto físico no le preocupa. Claramente, se cuida por salud, pero ha llegado a un estadio mental superior en el que “verse guapa” no es una prioridad, ni siquiera un interés.
3. En las relaciones tanto amorosas como sexuales sabe bien su valor y no deja pasarse a llevar en ningún momento. ¡Ella manda!
4. No se avergüenza de su menstruación. Jamás la verás esconder un tampón o una compresa, ni pedirlo como si fuese algo prohibido. De hecho, hablará con soltura y sin tapujos de su experiencia con la copa menstrual o el sangrado libre.
5. Nunca criticará a otras mujeres, ¡sororidad es su apellido!
6. Su prioridad será ella misma (y la lucha feminista). ¿Qué es eso de rendirse a las necesidades de su pareja o hijos?
Es importante tener en consideración la ironía total en este listado de “mandamientos” que, incluso, podríamos ampliar hasta los 100 apartados.
Estamos en pleno proceso de deconstrucción, aprendiendo juntas y tratando de mejorar para contribuir a un mundo en el que la igualdad sea una realidad. Pero no somos perfectas, y tenemos nuestras contradicciones.
Confesiones de una "mala feminista"
Si no cumplimos con ese retrato de la buena feminista, ¿somos malas feministas? ¿Estamos socavando el movimiento desde dentro?
Quizá esa búsqueda de la perfección en todo, incluso en la lucha por nuestros derechos, es consecuencia del sistema del que formamos parte.
Pero todo esto no quita para que nosotras mismas, en nuestro proceso de aprendizaje, autoconocimiento y definición como feministas, observemos nuestras contradicciones y a veces hasta nos avergoncemos de ellas.
Siguiendo esta línea, así sería entonces el retrato de una mala feminista según Bloom.
1. Al momento de escuchar un comentario abiertamente machista, no entra a discutir porque ha decidido sus batallas, y estar constantemente educando en el feminismo es agotador.
2. Todavía está aprendiendo a decir lo que le gusta en el sexo. Y sigue conociéndose poco a poco.
3. A veces se avergüenza de decir que se encuentra regular por la regla. Se interesa en que piensan mal de ella.
4. Se le escapa de vez en cuando un “tiene buen cuerpo, pero de cara no es guapa”. Pero sabe que eso solo pone sobre las mujeres un peso extra en la balanza.
5. Prioriza el cuidado de los demás por sobre ella. Está bien cuidar de tu familia e hijos, pero siempre debes estar tú por delante.