“No los quiero a mi lado”: El tabú de las madres arrepentidas de serlo
Fue en 2016 que el libro publicado por una autora israelí causó un gran revuelo en Europa y el mundo entero, debido a que tocaba un tema pocas veces hablado: 23 testimonios de mujeres arrepentidas de ser madres.
“Madres Arrepentidas” fue el título escogido por la autora y socióloga Orna Donath, quien recogió las historias ocultas de muchas mujeres que, al contrario de lo que comenta la mayoría, no son progenitoras abnegadas.
Donath comenzó su investigación en 2008 y su trabajo arrojó una verdad que se ha convertido en un tabú dentro de la sociedad. La autora se atrevió a tocar el tema, convirtiéndolo en una gran polémica.
Y es que, los testimonios recogidos de las madres que participaron en el estudio fueron vitales para visibilizar la verdad de muchas en el complejo camino de la maternidad.
“Madres Arrepentidas”
En el libro aparecen un sinfín de razones por las que las madres ven a sus hijos como cargas que no debieron asumir. Entre los principales sentimientos de las madres, destaca el sentirse defraudadas con la maternidad, irrealizadas, deshechas o aburridas.
Como era de esperarse, la publicación trajo consigo muchísimos detractores del contenido que visibilizó la autora, sin embargo, también fue una puerta que ayudó a miles de mujeres a desahogarse, ya que por primera vez se sintieron escuchadas y acompañadas por situaciones que a ellas también les aquejaban, según El Confidencial.
“Ser una madre arrepentida no significa no amar a los hijos como seres humanos. Como las mujeres tienden a pagar un alto precio por su maternidad, puede que se arrepientan de ello -de la maternidad- y anhelen ir al pasado, cuando no eran la mamá de nadie, pero al mismo tiempo se preocupan mucho por sus hijos”, dijo la autora del polémico libro.
Las mujeres que entregaron sus testimonios para la obra de Donath sienten remordimientos e incomprensión, pero no son mujeres incapaces o que no se esfuerzan, sino que son mujeres física y emocionalmente sanas la sociedad empujó a ser madres y a sentirse abandonadas en la enorme labor de ser madres.
Esto se convirtió en una señal de alerta y una invitación a replantearse la maternidad como una relación humana que, como cualquier otra, tiene altos y bajos. Así, se dejaría de ver a la labor de ser madres como un rol obligatorio.
Testimonios
“Me arrepiento de haber tenido hijos y ser madre, pero amo a los hijos que tengo. Así que sí, no es algo que pueda explicar. Porque si lo lamentara, entonces no querría que estuvieran aquí. Pero yo no querría eso, lo único que no quiero es ser madre”.
- Charlotte, madre de dos hijos
¿Por un día de felicidad, por un instante de placer, tienes que sufrir tantos años? Y a veces el sufrimiento no tiene fin Ahí está, la sensación de sufrimiento interminable. Así pues, ¿qué tiene de bueno?”
- Erika, madre de cuatro hijos y abuela
“Soy una buena madre, de veras. Me da vergüenza decirlo. Soy una madre para quien sus hijos son importantes, los quiero, leo libros, recibo asesoramiento profesional, hago todo lo que está en mi mano para educarlos y darles amor y afecto. Los niños me adoran, me quieren. Tienen una vida feliz y placentera. Es absurdo. Porque no quiero tenerlos, en serio, no los quiero a mi lado. (…) Aunque murieran, Dios no lo quiera, seguirían estando conmigo en todo momento. El duelo por ellos, su recuerdo y la pena serían insoportables. Pero perderlos ahora supondría cierto alivio“.
- Sophia, madre de dos hijos
El rechazo a la maternidad arrepentida
La escritora comenta que las reacciones ante la maternidad arrepentida suele ser de rechazo, ya que no creen que esto pueda suceder. “Hay personas que dicen que no son verdad, o que es indignante o incluso peligroso hablar de ello. Y luego hay gente en general y mujeres en particular que comprenden la importancia de hablar de ello en relación a su contexto social”, dijo en una entrevista hecha en 2018 al medio El periódico.
“Como una de ellas me dijo, es como estar en la cárcel para el resto de tu vida sin posibilidad de libertad condicional. Mi rechazo siempre apunta hacia la sociedad. Es a la sociedad a la que hay que culpar por forzar a las mujeres a convertirse en madres en contra de su voluntad (me refiero a cuando ellas no desean serlo), y es la sociedad la que hace que las mujeres se sientan culpables y avergonzadas debido a esa imagen mítica de la ‘buena madre’, la cual está desconectada de las experiencias de las mujeres de carne y hueso”, continuó Orna.
“Hay muchas mujeres en todo el mundo que sufren por la reacción social que provoca que no quieran ser madres y un número desconocido de mujeres que sufren porque se arrepienten de serlo y no se les permite expresarlo. No estoy diciendo que la mayoría de las madres se arrepientan y no sé cuántas lo hacen, pero sí que pienso que son más de las que queremos saber“, añadió.
“Si pudiera retroceder, no tendría hijos”
Tras la publicación del libro, el debate quedó abierto y muchas mujeres comenzaron a visibilizar el tema.
Desde el prestigioso medio británico BBC, entrevistaron a mujeres que, en secreto, deseaban no haber tenido nunca hijos.
Uno de los que más destacó fue el de Raquel, una madre de 50 años que se sintió abrumada por su rol de madre.
“Si pudiera retroceder el reloj, no tendría hijos. Se sentía como un círculo eterno en el que ponía una mamadera o comida en su boca para que luego saliera por el otro lado y pensaba: ¿en qué momento puede algo de todo eso volverse divertido?”, comenzó relatando la mujer.
Raquel dijo sentirse “culpable diciéndolo, porque la verdad es que amo mucho a mis hijos. Sientes que no has sido una buena madre y esa es una culpa que siempre te acompaña, que nunca se va, y te preguntas si ellos lo saben”.
“Pero la vida no debería obligarte a renunciar a tu vida, tu libertad, para que ellos puedan tener una vida”, finalizó.
Nuevo rol de la mujer
Los cambios asociados al rol de la mujer en esta nueva era han sufrido mutaciones, ya que ahora, según Orna, estos han pasado de ser “madre y esposa presionada para ser perfecta y no sexuada, dedicada por entero a los niños” a una nueva exigencia de “mujer perfecta en el trabajo, sexuada, con vida propia, en supuesta igualdad, y que además también debe ser madre y estar feliz por ello”, dijo en El País el año 2018.
“Y el resultado es el mismo: frustración. Hemos perdido tantas cosas por el camino que hay muchas que no han podido más (…) Nos empeñamos en eliminar sentimientos negativos y eso es lo frustrante. Tal vez reconocerlos en lugar de eliminarlos sea la mejor vía, porque las emociones, al igual que el agua, necesitan encauzarse para que no desborden. Si hay arrepentimiento, hay que saber vivir con él”, aseveró en la entrevista.
La autora es socióloga, no tiene hijos y planea nunca tenerlos. Su trabajo está enfocado de lleno a su rol como agente de diálogo entre mujeres, sin caer en arrepentimientos ni en la disuasión de la maternidad. Además, modera un grupo de madres que desean debatir en un espacio en que que sienten respeto.
Finalmente, la autora israelí cree que “esto existe, así que hay que hablar de ello. Estoy hablando de elefantes en la habitación. Y después, que cada mujer, decida desde la libertad”.