Las 10 principales reglas para criar a una hija adolescente
No es fácil ser madre de una hija adolescente. En esta edad las niñas tienen una serie de cambios físicos y psicológicos, acompañados por un cóctel de hormonas.
Por eso, la psicóloga Marika Lindholm de la revista Psychology Today da 10 consejos para criar a tu hija adolescente, las que se convierten en metas quizás no sencillas de hacer en la práctica, pero con buenos resultados.
1. Ignorar gestos como voltear los ojos
Muchas veces al hablar con nuestra hija, esta hace el típico gesto de voltear los ojos, hacer una mueca o un suspiro de indiferencia. Según Lindholm, es mejor ignorar estos gestos, ya que son hechos casi como un “tic” y son signos de que está empezando a pensar y juzgar por ella misma.
Aunque, puedes mencionar que te molesta cuando ambas estén más calmadas.
2. Dar mensajes acertados sobre vestirse “sexy”
La psicóloga recuerda que “vestirse sexy no se trata de querer sexo”, sino que tiene que ver con la propia imagen que se está probando. Es bueno dar un mensaje desligado de prejuicios, como que vestirse sexy es “querer atraer la mirada masculina”.
Sin embargo, también es bueno hablar de los mensajes sociales existentes, no para reproducirlos, sino para discutirlos. Por ejemplo, que vestirse como Kim Kardashian no es sinónimo de ser adulta.
3. Hablar de sexo directamente
Las chicas viven en un entorno social que les hace creer que su sexualidad no les pertenece, donde se les enjuicia, al tiempo que se las presionan a actividades sexuales que no quieren.
Por esto, es bueno hablar directamente de sexo, con el fin de ser guiadas para explorar su propia sexualidad y enfrentarse a presiones. Por ejemplo, ¿qué hacer si los besos llevan a contactos que ellas no desean?
4. Comprende que se centren en ellas mismas
La psicóloga explica que los adolescentes son egomaniacos. Es lo común, por lo que tolera que quieran hablar siempre de sí mismos y se centren en sus deseos. Esto no quiere decir que no debas inculcar la empatía y respeto al otro.
5. No juzgues a sus amigos
Esto es algo que muchos padres repiten. Juzgar negativamente a los amigos de los hijos pareciera ser la forma de mostrarles el camino correcto. La psicóloga habla de evaluar la gravedad del hecho si tu hija te cuenta una travesura con un amigo. Pero no te apresures a juzgar a diestra y siniestra, que ella podría arrepentirse de contarte sus cosas.
6. Corrige las agresiones
Es común que los adolescentes tiendan a ser desagradables y hasta crueles. Eso no quiere decir que se deba tolerar este comportamiento. Primero, porque te duele a ti, y segundo, porque es importante que entiendan sobre respeto y que hacer daño tiene consecuencias.
Eso sí, mantén la calma, no te pongas a discutir furiosa con ella, ni tampoco le hagas la “ley del hielo”. Dile que su comportamiento no está bien, habla sobre ello, e incluso puedes imponer castigos leves como quitar el celular durante un día.
7. Sé la adulta, no otra amiga adolescente
Aunque las adolescentes están explorando su camino, necesitan una brújula de referencia (aunque después decidan desviarse). Se sienten seguros con un piso sabiendo que un adulto responsable vela por ellos y cuando conocen las reglas, que jamás deben ser excesivas ni crueles.
8. No soluciones toda su vida y permítele superar desafíos
Si bien siempre debes apoyarla, no la rescates de todos sus problemas. Por ejemplo, si no hizo una tarea a tiempo y ahora debe hacer doble trabajo, déjala aprender de sus errores y que consiga hacerlo sola. Asimismo, apóyala en sus desafíos, pero aliéntala a encontrar soluciones por sí misma.
9. Infúndele el pensamiento crítico
Ante una sociedad que aún tiene mucho que cambiar, como la forma cosificada e idealizada en la que el modelaje y el cine muestra a las mujeres, es bueno que tu hija aprenda a analizar la realidad y a criticarla.
10. Acepta tus errores
Tarde o temprano tu hija se comenzará a dar cuenta que ser adulto no es perfecto. Sino, sólo tener más edad. Y esto implica que también vaya descubriendo que tú misma cometes errores. Lo importante es que demuestres a través del ejemplo que, aunque jamás seremos perfectos, es bueno ir mejorando y aceptando los errores, así como pedir disculpas a quien heriste.