La joven decidió cambiar la perspectiva con la que miraba su pelo en el cuerpo, que tiempo atrás la habían llevado incluso a pensar en el suicidio. "Estaba tan deprimida e incluso suicida durante mi adolescencia", expresó.
Su rechazo a sus vellos la llevaron a “afeitarse obsesivamente” y a procedimientos dolorosos para quitarse los pelos. Por esta razón, asegura que el proceso de mostrar su pecho peludo no ha sido fácil y le ha tomado tiempo.
"Me ha llevado la mayor parte de mi vida aceptar mi cuerpo y abrazar quien soy”, dijo.
“No hay una explicación médica detrás de mi cabello, solo soy una persona peluda”, afirmó. “Vengo de la tribu Wè en Costa de Marfil, África, y las mujeres en la grandiosa época de mi bisabuela eran muy peludas y era visto como algo hermoso”, explicó al medio británico.
“Voy en contra de la norma"
Según manifestó, luego de que comenzara a dejar crecer su pelo corporal, no tardaron las miradas de incomodidad hacia ella. “Cuando estoy fuera, la gente mira mucho. Alguien incluso me filmó una vez, lo cual fue extraño “, dijo.
“Ha sido un desafío porque voy en contra de la norma”, señala.
Sin embargo, esto también ha servido para que mujeres se identifiquen con su historia que pensaban que estaban solas. "Les he mostrado que el vello facial y corporal no es nada de lo que avergonzarse”, dice.
“He redefinido la belleza para mí y ya no permito que la sociedad me la dicte. He decidido qué es lo bello para mí”, comenta.
Ahora, Esther Calixte-Bea plasma en sus pinturas mujeres con vello para normalizarlo. “Pinto hermosos cuadros de mujeres que tienen cuerpos peludos”, dice.