Las mujeres son más friolentas que los hombres y esta es la razón
Cuando en las películas el hombre ofrece su chaqueta a su acompañante mujer, muchas nos preguntamos por qué él le ofrece su ropa si ambos están en el mismo lugar y probablemente siente el mismo frío que ella.
Pero puede que estas escenas no carezcan del todo de sentido, ya que efectivamente las mujeres tienden a sentir más frío que los hombres.
Las mujeres son en general más sensibles a las bajas temperaturas, razón por la cual es recurrente ver a hombres sólo con polera en ambientes frescos cuando muchas necesitamos al menos un chaleco para no tiritar.
Hasta ahora hay dos respuestas para este fenómeno: una tiene que ver con el metabolismo y otra con las hormonas.
Los hombres generan sus propias islas de calor
Según el doctor Rob Danoff, médico de familia osteopático de Filadelfia, la razón de que las mujeres sean más friolentas tiene que ver con la tasa metabólica.
El metabolismo del cuerpo es el responsable de la producción de energía, incluido el calor. Debido a que los hombres generalmente tienen más masa muscular, generan más calor al usar más calorías para alimentar los músculos. Cuando ese calor se evapora, calienta su piel, su ropa y el aire justo por encima de la superficie de su piel.
“Básicamente, los hombres generan sus propias pequeñas islas de calor, como calefactores portátiles para caminar”, explica el doctor a “Doctors of Osteopathic Medicine”.
“Dado que las mujeres suelen tener menos masa muscular y evaporan menos calor a través de los poros de la piel, es posible que sientan más frío que los hombres en una habitación con la misma temperatura del aire", afirma.
El estrógeno es el responsable
Por otra parte, están las hormonas, específicamente el estrógeno. Según dijo a Revista Paula la doctora Javiera Alaniz “el estrógeno cumple un rol importante, al ser una hormona sexual femenina que actúa a nivel cerebral interviniendo en la regulación de la temperatura corporal”.
La médica explicó que esta reacción produce un efecto sutil de vasoconstricción a nivel cutáneo, lo que a su vez genera una disminución de la temperatura del organismo. Señala que esto es en realidad una “ventaja” para detectar factores de riesgo para la salud.
Por su parte la geriatra Marcela Muñoz mencionó al mismo medio que hay otros factores que hacen sentir más frío. Uno es ser sedentaria, al disminuir el aporte de calor por ejercicio. En cambio, si la persona además baja de peso de forma drástica, hay que descartar enfermedades metabólicas y endocrinas.