Ignacia Allamand sube foto sin maquillaje y reflexiona sobre filtros de belleza

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La actriz Ignacia Allamand compartió con sus seguidores de Instagram una reflexión sobre los filtros de belleza, acompañada de una foto “sin filtro. Sin maquillaje. Sin retoque. Sin peineta. Sin todo”, como ella misma describió.

En general, habló sobre la discusión del último tiempo sobre cómo los filtros de belleza de redes sociales fomentan la inseguridad de las personas.

“Hay muchos que piensan que el uso de filtros le hace un flaco favor al autoestima y que ayuda a reforzar aún más los estándares de belleza impuestos por la sociedad, como si no fueran lo suficientemente imposibles de alcanzar”, señala.

“Otros, creen que esto no es más que una exageración en una época donde todo ofende, donde solo se puede ser políticamente correcto y extremadamente cuidadoso”, siguió. 

“Yo honestamente me inclino más por el segundo grupo, aunque no lo tengo 100% resuelto”, confesó.

“Me inclino a pensar que lo que realmente refuerza los ideales de belleza son las personas, no los filtros. Somos los primeros en decir “Que linda” antes de buscar una manera de mostrar nuestro aprecio que no esté vinculada a la apariencia”, opina Ignacia Allamand, aunque aclara que es una opinión que aún está desarrollando.

 

Filtros de belleza y autoestima

Varios estudios han relacionado los estereotipos de belleza con problemas en la autoestima y trastornos alimenticios.

Según Nuria Castro-Lemus, investigadora de la Universidad de Sevilla, el ser humano forma la imagen corporal influenciado por múltiples elementos, como los perceptivos, cognitivos, conductuales, emocionales y culturales (incluidos redes sociales, medios de comunicación, etc). Influye la autoestima y es algo que puede cambiar con el tiempo. 

Según La Tercera, una encuesta realizada por “La Rebelión del cuerpo” arrojó que un 84% de las mujeres está inconforme con su cuerpo, y el 80% de estos casos se debe a que desean tener un cuerpo más delgado al que consideran que tienen.

Nerea de Ugarte, psicóloga y una de las fundadoras de La Rebelión del Cuerpo, señaló que esto aumentó con los estereotipos de belleza fomentados en medios de comunicación y sobre todo en redes sociales, como Instagram.

"Desde esta lógica se genera una insatisfacción, inseguridad y frustración constante y permanente en la forma como las mujeres evalúan su autoimagen, porque nunca se va a parecer a eso que nos muestran como perfecto y esa sensación afecta evidentemente la salud mental", explica la experta.

Según un artículo realizado por expertos de la Universidad de Boston, en especial los filtros generan un efecto de distorsión inevitable al comparar la propia imagen con las fotos filtradas.  

Mujer mirándose al espejo con una máscara
Mujer mirándose al espejo con una máscara

"La omnipresencia de estas imágenes filtradas puede afectar la autoestima, hacer que uno se sienta mal por no ser así en el mundo real e incluso puede provocar un trastorno dismórfico corporal (BDD, por sus siglas en inglés)", señalan.

Asimismo, la psicóloga Úrsula Eleonore Oberst explica en El Periódico que estos filtros y comparaciones entre estos “rostros perfectos” con sí mismos puede afectar en especial a adolescentes que están formando su identidad y a personas psicológicamente vulnerables.

"No es sano que en una edad en la que estás forjando tu identidad las redes sociales te expongan a un estándar ficticio. Porque, aunque sepas que pueden haber retoques, es un problema que estas distorsiones pasen a formar parte de tu visión de la realidad", señala Oberst.

"El peligro de estos filtros de embellecimiento es que afectan tanto a la autoimagen como a la autoestima. Si te acostumbras a verte a ti mismo a través de una imagen distorsionada puedes desarrollar un trastorno disociativo (en el que ya no te reconoces a ti mismo en una fotografía que no esté retocada) y posteriormente un trastorno dismorfofóbico (por no poder estar a la altura de la imagen digital)", explica.