Mujer destrozada al no poder saludar a su padre por la ventana: le dijeron que era “ilegal”
Oriana Criscuolo, de 46 años, de Stockport, quedó desconsolada luego de que desde el hogar de ancianos donde reside su padre de 80 años, no la dejaran saludarlo por la ventana. Incluso le dijeron que era “ilegal”.
La mujer fue a entregar unos suministros a su padre con demencia senil y enfermedad de Parkinson. Se los dejó en la puerta, ya que debido a la pandemia no tiene permitido entrar.
Como solía hacerlo, quiso saludarlo a través de la ventana, pero el cuidador del hogar le señaló que no podía hacerlo, y que incluso era “ilegal”.
Sorprendida pidió hablar con la gerente del recinto, quien sólo confirmó lo dicho por el cuidador, indica Daily Mail.
“No podía creer lo que estaba escuchando. Me quedé sin palabras”, dijo.
“Es simplemente increíble. No puedo entender cómo el personal del hogar, personas a las que se les paga por cuidar, se ha vuelto tan indiferente. Su comportamiento es inhumano y cruel”, expresó.
Luego de eso, fue a ver de igual forma la ventana de su padre, descubriendo que el personal del hogar había cerrado las cortinas para que ella no viera a su padre.
Otro día, decidió ir a verlo nuevamente, pero esta vez logró grabar a una de las cuidadoras, quien le señaló que el ayuntamiento había dictado la normativa "porque ellos pagan por su cama (la de su padre) aquí".
"No, no es así", le respondió Oriana. “Mi padre paga él mismo la cama”, agregó, sin embargo la mujer no pudo saludar a su padre.
Oriana ya había tenido dudas sobre el hogar
Anteriormente Oriana ya tenía dudas sobre el hogar de ancianos Bamford Grange. En marzo de 2020, luego de una neumonía, su padre fue admitido en el hogar, tras lo cual bajó de peso radicalmente.
Según indicó la mujer, ella le llevaba comida suficiente para él, pero no subía de peso, bajando incluso de sus 74 kilos habituales a 40 kilos.
“Presenté una denuncia formal hace unos meses y, desde entonces, el peso está volviendo a subir poco a poco. Ahora pesa 50 kg”, señaló.
Oriana se contactó con el departamento de Quality Care del Stockport Council, que no pudo confirmar si existía o no la regla de "no agitar" y le dijeron que el hogar informó que cerró las ventanas porque ella estaba filmando.
Según Oriana, esto no puede ser cierto, ya que ella jamás sacó su teléfono del bolsillo durante su primera visita: “Al mentir así, han roto mi confianza”, dijo la mujer.