28 años después de un trágico San Valentín marcado por la muerte y los esteroides
La relación entre los fisicoculturistas Ray y Sally McNeil, cambió drásticamente tras el consumo excesivo de esteroides y la tragedia marcó el final de la relación un 14 de febrero.
La pareja se conoció en el ejército mientras Ray integraba el cuerpo de Marines de Estados Unidos, Sally trabajaba como cocinera de la Armada, ambos amantes del ejercicio y el fisicoculturismo sintieron una atracción mutua, consigna Infobae
Durante la relación, la pareja potenció entre si el fisicoculturismo. En 1989 contrajeron matrimonio y ya eran la pareja insigne del ejército, ambos ganadores del Campeonato de Fisicoculturismo de la Marina, categoría femenina y masculina.
Problemas con los esteroides
Ray logró ser profesional del fisicoculturismo y en ese instante abandonó a los Marinos para dedicarse de lleno a su pasión. Desarrolló un trastorno conocido como anorexia a la inversa, él intentaba hacerse cada vez más grande y los esteroides ayudaban con su obsesión.
Pero los esteroides son caros y el dinero escaseaba, junto a ello llegaron los problemas. Sally intentó sacar adelante la familia participando en un campeonato de lucha libre, verificando el entusiasmo que producía su trabajada figura
Aprovechó su éxito y comenzó a trabajar grabando videos independientes golpeando a hombres, definida como Killer Sally obtuvo fama y buenas ganancias con sus videos. Ganancias que utilizaba para costear los esteroides de Ray.
14 de febrero fatídico
“La primera vez que me ahorcó creí que me iba a matar. Fue impactante. Muchas veces, cuando me atacaba, instantáneamente me ahorcaba. No debí permitir que llegara a eso, debí irme mucho antes. Debí dejarlo al tercer día de casados. Ese día me golpeó y luego me dijo que lo sentía, que no lo haría de nuevo y yo le creí”, afirmó Sally en el documental Killer Sally: la fisicoculturista asesina.
El consumo excesivo de esteroides transformó a Ray en una persona violenta e impredecible, el 14 de febrero de 1995 llegó del bar y comenzó una discusión con su esposa a la que empezó a ahorcar, ella respondió con dos disparos de escopeta.
“3 días antes había tenido un show y había consumido muchos esteroides. Cinco diferentes. No sabía de lo que Ray era capaz, era un superhumano, súper fuerte y súper rápido en un departamento pequeño”, recordó.
Sally llamó a la policía, Ray fue trasladado al hospital donde finalmente falleció. La mujer alegó defensa propia, mientras la defensa se empeñó transformar su imagen en la de una mujer violenta.
El jurado determinó que el homicidio no había sido premeditado, pero si intencional, desechando la legitima defensa “Ella decidió que iba a acabar con su vida, le disparó y lo remató, sin encontrarse en ningún peligro inminente”, fue el veredicto para condenarla a 19 años de prisión.