Mi pareja tiene dificultad para mantener la erección: ¿cómo le ayudo?
Al que diga que nunca le ha pasado miente. La disfunción eréctil es una situación en la que ningún hombre se quiere ver, pero que suceden con bastante frecuencia. Incluso, por lo general, afecta a 1 de 5 hombres.
Las relaciones sexuales no son como lo muestran las películas románticas. Claramente a veces pueden ser así, pero en otras ocasiones el sexo puede llegar a ser un tanto incómodo y vergonzoso. O, directamente, no funcionan.
Si tu pareja no puede lograr o mantener una erección regularmente, puede que sea por una afección física que mayormente está relacionada con un problema a la salud, como diabetes, colesterol alto o afecciones cardiovasculares.
Por lo tanto, si tu primer instinto ha sido culparte a tí misma. No lo hagas. La impotencia de tu pareja no está causada por algo que tu hayas hecho. Lo importante es que tengan una buena comunicación y que trabajen este problema en conjunto.
¿Qué es la disfunción eréctil?
De acuerdo a National Institute of Health Consensus, la disfunción eréctil es la incapacidad de obtener una erección lo suficientemente intensa y duradera como para iniciar el coito, mantenerla y terminarla con éxito.
Para hablar de disfunción eréctil esta debiera ocurrir en forma repetitiva y persistente en el tiempo. Generalmente produce mucha frustración, ansiedad y angustia en las personas que lo sufren. Esta puede ser situacional, ósea ocurrir en ocasiones específicas, o generalizada donde sucede en todos los encuentros sexuales.
¿Por qué se produce?
La disfunción eréctil, por lo general, afecta a 1 de cada 5 hombres. Su prevalencia estimada es de un 10 a 52% en hombres entre 40 y 70 años.
Además, su prevalencia va aumentando con la edad, ya que según un estudio, solo un 8,6% de varones de 25 a 39 años la padecen, mientras que un 49% de hombres de 60 a 70 años son afectados por esta incapacidad.
Odette Freundlich, kinesióloga especialista en sexualidad y directora del Centro Miintimidad, explica que la disfunción eréctil puede producirse por las siguientes causas:
- Orgánica: Debido a problemas vasculares, neurogénicas, como es el caso de la diabetes, hormonales, tabaquismo, hipertensión, medicamentosa, obesidad, enfermedades crónicas o estilo de visa poco saludable.
- Psicógena: Por ansiedad de ejecución (miedo a fallar durante la relación sexual), educación restrictiva, inadecuada información sexual, experiencias sexuales traumáticas, problemas en la relación de pareja, depresión, estrés, alteraciones de la personalidad, miedo a la intimidad.
- Mixta debida a una combinación de factores orgánicos y psicológicos.
¿Cómo ayudar a potenciar la erección en tu pareja?
La especialista recomienda principalmente "no presionar a tu pareja, no hacerlo sentir que está rindiendo un examen".
La mejor forma de ayudarlo es buscando prácticas sexuales no penetrativas hasta que el problema de la erección se resuelva. Junto con eso, incentivar a buscar ayuda con un equipo de profesionales expertos y colaborar en el tratamiento.
¿Qué hacer si los problemas persisten?
Si este problema persiste en el tiempo, es muy importante consultar con un equipo multidisciplinario de profesionales expertos en sexualidad.
¿Es recomendable acudir a un psicólogo?
Es importante entender que el tratamiento debería ser multidisciplinario. La intervención del urólogo para evaluar el aspecto orgánico, solicitar los exámenes pertinentes y determinar la necesidad o no de medicamentos.
Freundlich recomienda acudir a un kinesiólogo experto en sexualidad, ya que esta "absolutamente demostrado que la musculatura superficial del piso pelviano (isquiocavernoso y bulboesponjoso) interviene en la erección y eyaculación, por lo tanto, a través de ejercicios y técnicas específicas se puede mejorar la erección".
Siguiendo esta línea, explica que "estos músculos actúan como una llave de paso que impide que la sangre que entró en los cuerpos cavernosos del pene, debido a la excitación, se escape y se produzca la flacidez del pene".
Por lo tanto, es importante la intervención de un psicólogo y sexólogo, para entregar herramientas de manejo de ansiedad, psicoeducación, estrés de rendimiento y sensación de estar auto evaluándose y manejo de conflictos personales o relacionales, entre otros.