¿Las mujeres sienten menos deseo sexual?: Descubre 5 mitos sobre el sexo
El sexo está lleno de mitos. Ya sea por la falta de educación sexual en los colegios o porque aún se ve como un tema tabú e incluso a los mismos adultos les cuesta hablar de sexo.
Sea cual sea la razón, la desinformación sobre la sexualidad ha provocado que hoy en día existan muchos mitos respecto a la sexualidad.
Según explicó a The New Yorek Times, Laurie Mintz, profesora emérita de psicología de la Universidad de Florida, la existencia de estos mitos puede causar mucho daño en las personas.
Mitos sobre el sexo
- Las demás personas tienen más sexo que tú
Este mito existe en gran parte durante la adolescencia lo que provoca que muchos jóvenes se lancen a tener relaciones sexuales para las que no están preparados.
Esto también puede hacer que las personas mayores en relaciones largas se sientan mal, como si fueran las únicas que atraviesan un periodo de “sequía”, cuando en realidad solo experimentan el sube y baja natural del deseo.
“Es bastante habitual que una de cada tres personas no haya mantenido relaciones sexuales en pareja durante el año anterior”, afirmó al medio mencionado Debby Herbenick, directora del Centro de Promoción de la Salud Sexual de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Indiana.
“Normalizar que hay períodos de poco o ningún sexo en pareja puede ser de ayuda”, dijo Herbenick. “Dicho esto, para aquellos que buscan algo de longevidad en su vida sexual en pareja, es importante pensar en el sexo de una manera holística”. Esto quiere decir que hay que cuidar la salud física y mental, además la clave es hablar de los sentimientos con la pareja.
- Las vaginas no necesitan lubricante adicional
Las mujeres posmenopáusicas a veces describen el dolor que experimentan durante las relaciones sexuales con penetración como una sensación de “lija” o “cuchillos”, pero aunque la sequedad vaginal afecta en mayor medida a las mujeres de más edad, puede producirse en cualquier momento de la vida, afirmó Herbenick, lo que tiene implicaciones para la vida sexual de las mujeres.
Según estudios, se calcula que el 17 por ciento de las mujeres de entre 18 y 50 años sufren sequedad vaginal durante las relaciones sexuales, mientras que más del 50 por ciento la experimentan después de la menopausia.
“Podemos sentirnos excitadas o enamoradas y aun así no lubricar como quisiéramos”, explicó la experta.
- Las mujeres sienten menos deseo sexual
Ian Kerner, terapeuta sexual, señaló al medio que los casos que más trata en su consulta son respecto a este mito y asegura que producto de su existencia “los hombres suelen sentir vergüenza en torno a su falta de deseo, y una presión para iniciar siempre”.
Un estudio reciente descubrió que el deseo de las mujeres tendía a fluctuar más a lo largo de su vida, pero que hombres y mujeres experimentaban fluctuaciones del deseo muy similares a lo largo de la semana.
- Es normal que el sexo duela
Aunque el lubricante puede ayudar a algunas mujeres a experimentar más placer durante las relaciones sexuales, es importante recordar que el sexo no debe doler.
Shemeka Thorpe, investigadora y educadora en sexualidad, afirmó que muchas mujeres creen que el dolor durante o después del acto sexual es señal de buen sexo.
“Sabemos que muchas veces las personas que acaban teniendo algún tipo de trastorno de dolor sexual más adelante en la vida en realidad tuvieron dolor sexual durante su primera vez, y continuaron teniendo dolor sexual o dolor vulvar”, dijo Thorpe. “No se dieron cuenta de que era un problema”.
- El deseo debe ser instantáneo
Según explican los expertos, hay dos tipos de deseo: el espontáneo, o sensación de querer sexo de la nada, y el receptivo, que surge en respuesta a estímulos, como el tacto.
La gente tiende a pensar que el deseo espontáneo es de algún modo mejor. Sin embargo, Lori Brotto, psicóloga y autora de Better Sex Through Mindfulness, afirmó que gran parte de su trabajo consiste en normalizar el deseo receptivo, sobre todo entre las mujeres y las personas que mantienen relaciones duraderas.
Esto les ayuda a entender que es posible practicar sexo sin deseo espontáneo, siempre que haya voluntad y consentimiento.