La historia de las monjas que se conocieron en un convento y ahora son pareja
Una gran repercusión tuvo el documental “Nun of your business” de la directora Ivana Marinic Kragic, que ganó el premio del público en el Festival Zagreb Dox.
En la película se muestra la historia de Marita Radovanovic (36) y Fani Feric (40), dos ex monjas que se conocieron en un convento, lugar donde se enamoraron. Ahora ya son pareja, y cuentan su romance como sus experiencias como religiosas.
Ambas mujeres nacieron en Croacia. Marita se unió al convento de su ciudad natal Korcula a los 18 años, siguiendo el llamado a servir al resto pese a los reclamos de su familia.
Por otra parte, Fani sentía atracción por las mujeres, pero decidió callarlo por miedo. A los 23 años se convirtió en monja, sin advertir que allí sería igual de difícil reprimir su orientación. “No pensé en el lugar al que iba. En un convento hay muchas mujeres”, dijo.
Desilusión del convento
Allí, ambas mujeres se hicieron amigas, y posteriormente se enamoraron. Además, se dieron cuenta de que la iglesia no era el lugar de amor y servicio social que creían, viendo que en aquel lugar se cometían muchas injusticias.
“Antes, lo idealizaba todo (el mundo de la iglesia) pero me di cuenta de que el marco de la Iglesia no me convenía. La consigna de mi orden era ‘Veritas’. Al cabo de un tiempo, decidí ser honesta conmigo misma y con Dios, que es amor”, dijo Marita.
Represión a homosexuales
Junto con esta decepción, la opresión que sentían también jugó un rol clave. En Croacia, hay mucha discriminación hacia los homosexuales o a personas de otra orientación sexual distinta a la heterosexual.
“Es difícil cuando no encajas porque eres diferente. Para los católicos, la homosexualidad es un pecado importante. Yo rezaba a Dios para que me curara de mi ‘enfermedad’. Pero más tarde me di cuenta de que si Dios me había hecho así, no había nada que curar”, contó Fani.
Abandono del convento
Finalmente, fue Marita la que en 2009 dio el primer paso y dejó sus hábitos. Mientras, Fani seguía en el convento y hablaba constantemente con Marita por teléfono.
“Pensaba en ella más que en la Biblia”, confesó Fani, quien le pidió al convento unos días para reflexionar, sin embargo, jamás volvió. Las dos mujeres volvieron a reencontrarse y formaron una pareja que aún perdura.
Ahora viven en Korcula, donde una de ellas se dedica al rubro turístico y la otra en restauración. Perdieron su fe en la institución religiosa, pero siguen alentando a los demás a encontrar su propio camino, basándose en su propia lucha.
“De joven, cuando veía una estrella fugaz, me decía siempre: ‘Dios, por favor, envíame a alguien como yo’. Ahora ella estaba ahí, así que abandoné el convento”, relató Fani.