¿Eliges siempre el mismo tipo de pareja?: señales de que estas repitiendo patrones tóxicos 

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Es curioso que muchas personas, tras romper una relación insatisfactoria, repitan ciertos patrones tóxicos y caigan en una situación parecida una y otra vez al cabo de un tiempo. 

Se trata de un círculo vicioso que se repite una y otra vez y que no te deja avanzar a relaciones de pareja donde verdaderamente seas feliz y puedas gozar de tranquilidad.

Esta situación se debe a que hay un denominador común en estas relaciones, se enamoran de una persona muy similar a su expareja y eso lleva a repetir el mismo patrón. Por lo tanto, eso genera situaciones y conflictos muy parecidos en relaciones distintas. 

En otras palabras, es como si fuera un autosaboteo a nuestro propio bienestar impulsado por nosotros mismos. Una decisión inconsciente que está directamente relacionada con nuestras raíces de la infancia, la relación con nuestros padres o experiencias que nos marcaron y que definieron nuestra manera de relacionarnos. 

Señales de que estás repitiendo patrones tóxicos en tus parejas

Freud decía que el ser humano es el único capaz de tropezar tres veces con la misma piedra. Somos capaces de incurrir en los mismos riesgos mil veces, aunque salgamos dañados o de tomar mil veces la misma decisión errónea. 

Señales de que estas repitiendo patrones tóxicos
Señales de que estas repitiendo patrones tóxicos

Sin embargo, podemos romper estos lazos trabajando de la mano de un experto en terapia psicológica para sanar aquello que nos hizo daño a lo largo de nuestra vida, así reconocer dichos patrones tóxicos y poder abrirnos a noviazgos no tan dolorosos. 

Todos se parecen 

Puede que la mayoría de los chicos con los que has salido, o todos, tienen muchas características similares: quizás un problema con la bebida, una familia disfuncional, caen en la infidelidad, han tenido conductas maltratadoras, entre otros.

Es decir que, inconscientemente terminas buscando una y otra vez el mismo prototipo de persona o de relación de pareja, generando situaciones y conflictos muy parecidos en relaciones distintas, pero no tan diferentes las unas de las otras.

Semejanza de tus padres 

De acuerdo al sitio Psicología y Mente, estudios científicos indican que las personas tienden a relacionarse con sus parejas de forma parecida a cómo aprendieron a relacionarse con sus padres durante su infancia.

Incluso, buscas en esa próxima pareja cualidades que ellos tienen, para bien o para mal, y todavía no te habías dado cuenta. Por eso, si tu vínculo con ellos fue negativo, conflictivo o insano, estás proyectando eso en el ser a tu lado.

La forma en que nuestros padres se trataban es el modelo de relación que conocemos y que recrearemos en nuestra vida. Y la forma en que ellos nos trataron, especialmente el padre de sexo opuesto, es lo que repetiremos en las parejas.

Creencias limitantes

A partir de esas mismas raíces de la infancia, estamos cegados con pensamientos insanos sobre el amor: creemos no ser merecedores de amor, la constante preocupación de cumplir con las necesidades de tu pareja, minimizar nuestro valor, pensar que el amor es conflictivo y que la infidelidad es normal, como también normalizar las relaciones tóxicas por creer que tener una relación estable es aburrido, entre otras.

¿Cómo podemos cambiar esos patrones reincidentes y problemáticos? 

Especialistas indican que para salir de esa reincidencia en la búsqueda de patrones de relaciones complicadas tenemos que cumplir los siguientes puntos:

  • Identificar nuestros miedos

    Pensar qué nos da más miedo cuando estamos en una relación y pensar por qué puede que nos sintamos así (relaciones parentales en la infancia, alguna ruptura amorosa no superada, etc.).

  • Semejanzas entre las relaciones que has tenido y cuáles son los problemas que tiendes a vivir con tus parejas

    De esta manera identificarás cuales son las cosas que tienes que trabajar de manera individual.

  • Superar los miedos

    No tener miedo a que sucedan las cosas antes de que sucedan. Y que no sean esos miedos los que te lleven a propiciar situaciones que te hagan sentirte incómodo/a o infeliz.

  • Tener confianza en ti mismo/a y valorarse (conocerse a uno mismo)

    Tenemos que tener en mente que toda persona tiene una serie de virtudes y defectos. Ser consciente de ello te puede hacer valorar tus actitudes y comportamientos. Esos comportamientos se pueden trabajar y potenciar. No debes pensar que tu felicidad depende de la persona que tienes a tu lado, tú mismo debes sentirte bien y feliz por ti solo.

  • Ampliar horizontes

    Descubrir que hay personas interesantes que salen de “los patrones en que te sueles fijar” y que te pueden aportar muchas cosas. Ampliar el tipo de persona en la que te sueles fijar, tanto a nivel físico como a nivel personal.