Personas anti-trans: La discriminación basada en el desconocimiento

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Juan Cristóbal Concha, psicólogo especialista en diversidad sexual, en exclusiva para Nosotras 13

Durante los últimos años hemos visto un aumento en la aprobación que la sociedad, en general, tiene hacia las personas trans. Películas como “Una Mujer Fantástica” o series internacionales y galardonadas como “Pose”, así como la aprobación de leyes del reconocimiento de la identidad de género en Chile y en otros países, han ayudado a que hoy podamos entender que las personas trans merecen el mismo respeto y dignidad cualquier ser humano. Sin embargo, y a pesar de todo esto, aún existe un alto porcentaje de la población que no respeta ni empatiza con las personas trans.

Un reciente estudio realizado por parte de la prestigiosa Organización Just Like Us, revela que la mayoría de los adultos jóvenes que dicen no apoyar a la población trans en realidad no conocen a una de ellas. En cifras de la entidad, según la población sondeada, se trata de un 74% de personas. La encuesta, en total, contó con la participación de 3695 adultos entre los 18 y los 25 años.

Creo que esto refleja muy bien cómo funcionan los prejuicios, ya que estas opiniones preconcebidas, surgen a partir del desconocimiento y del miedo hacia lo desconocido. Dado que los seres humanos necesitamos sentirnos alejados del peligro, y aquello que nos brindará esa seguridad es un entorno en que habiten personas conocidas y parecidas a nosotros, ya que eso vuelve más predecible al contexto, pudiendo adelantarnos a la conducta de los demás y así poder sentir esa sensación de control.

Trans
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Sin embargo, si no conocemos a las personas que se desenvuelven en el entorno que estamos, o si las consideramos muy distintas a nosotros, nuestro cerebro no podrá predecir su conducta, por lo que creará ideas y preconceptos respecto a ellos sólo con el fin de proteger nuestra zona de confort, adelantándose a sus acciones y pensando en que éstas podrán interferir en nuestra integridad. Esa sensación de inseguridad, miedo y rechazo que crea nuestro cerebro, genera que formemos prejuicios frente a los otros. Por tanto, si no conocemos a nadie trans, es probable que tengamos muchos prejuicios hacia las personas trans.

Muchos padres - aunque no todos - dejan de ser homofóbicos o transfóbicos cuando su hijo/a sale del clóset, debido a que siguen viendo que su hijo/a sigue siendo la misma persona y que su orientación sexual o identidad de género es solo una parte de todo lo que ya conoce de él/ella.

Los prejuicios y los estereotipos son simples ideas que se van reproduciendo de generación en generación, sin una base científica que lo respalde. En tanto la única forma de ir monitoreándolos y regulándolos, es abrirnos a la posibilidad de interactuar con personas diferentes porque en ese conocimiento está el aprendizaje.

Por eso la importancia de la educación sexual en los colegios, ya que contribuye a que la población se eduque, no discrimine e incorpore acciones concretas en favor de la inclusión.

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La educación sexual no tiene como objetivo perturbar la inocencia de los niños/as, como muchos opositores del proyecto creen. La educación sexual viene a ayudarles a niños/as y jóvenes a entender todo su proceso de relacionamiento con los demás, formas de amar, formas de expresión corporal, el reconocimiento y prevención de abusos sexuales, la prevención de ITS y de embarazos no deseados, entre muchas otras cosas. El error está en creer que la sexualidad es sólo prácticas sexuales, cuando la sexualidad es un todo y se vive en el día a día.

Es importante que también nos abramos a conocer a personas LGBTIQ+, adentrarnos en sus vidas e intereses y ver al ser humano detrás de su etiqueta. Eso nos mostrará que las personas LGBTIQ+ son igual de humanas que todas las otras personas: tienen sueños, metas, miedos, intereses, son amigos, familias, parejas, y son igual de comunes y corrientes que cualquier otra persona.

La diversidad nos da mayor riqueza como sociedad, nos ayuda a ampliar la mente, considerar otros puntos de vista, conocer otras historias y desarrollar la empatía, algo tan necesario y que hace tanta falta en los tiempos actuales.