Desde niña, la educadora de lengua aymara comprendió que sus raíces indígenas eran vitales en el desarrollo de su vida.

En el primer capítulo del nuevo programa de 13c “Raíces”, conoceremos la historia de Sonia Mamani, una educadora de Lengua y Cultura Indígena (ELCI) aymara en Pachica, en la región de Tarapacá.

Sonia llegó a Pachica muy pequeña junto a su familia y cuando llegó a la escuela por primera vez no sabía hablar español y recibió muy malos tratos de los profesores. 

“Y una vez uno me dice ‘¿sabes qué niña? si usted sigue hablando este idioma vamos a llamar a tu papá y lo vamos a echar preso con los carabineros’. Y yo me asusté y fui donde mi papito y le conté todo esto y me dijo, ‘sí hija, tú tienes que hablar ahora en español, ya no en aymara’”.

Parte de su educación básica la pasó en un internado, sin embargo, a causa de una infección en su cara la expulsaron del recinto. Un día, el director le dijo: “Sonia, usted viene llena de infección de su casa, me vas a contagiar a mis niños y niñas, así que usted se va a ir”.

“Yo pesqué mis cositas y salí del internado, no sabía dónde ir. Era muy pequeña. Y en ese minuto me sentí muy humillada, porque era muy triste. Porque uno cuando es de escasos recursos no tenemos la forma de expresarnos bien”. 

En ese momento, fue acogida por su abuelo y junto a él se dedicaron a la crianza de gallinas y conejos, los que su padre vendía en Iquique. 

Al año siguiente no volvió al colegio, se dedicó a vivir de su cultura. Su abuela le enseñó a pastear llamas, hilar, tejer y gracias a la sabiduría de sus abuelos volvió a retomar su lengua para nunca más dejarla. Desde ese entonces, Sonia comprendió que sus raíces eran esenciales en el desarrollo de su vida.