¡Qué lindos! Mira esta tierna escena de amor entre una madre puma y sus hijos
Un fotógrafo y especialista en estos felinos nativos logró documentar este momento de cariño en Torres del Paine.
Un hermoso y tierno registro de una madre puma con sus crías es una de las publicaciones que el autor del libro "En el límite: Puma. Torres del Paine", Nicolás Lagos. El fotógrafo logró documentar a estos felinos nativos en Torres del Paine, Región de Magallanes.
En el video se puede ver claramente como esta mamá regalonea y juega con sus hijos mientras los baña. Aquí, el vínculo, el cariño y la higiene es fundamental para el desarrollo de esta familia.
Si te das cuenta, los cachorros que aparecen en el video, tienen manchas, como si fueran un chita o leopardo. Sin embargo, a medida que van creciendo, estas manchas van desapareciendo hasta mostrar una pelaje liso. Esto suele suceder a los 1 a 2 años de vida.
Desde que nacen, los cachorros puma son intensamente cuidados por su madre. Por lo general, una camada de pumas consta de uno a cuatro cachorros. Durante los primeros meses de vida, los cachorros son completamente dependientes de su madre y se mantienen cerca de ella para alimentarse y recibir protección.
La madre puma amamanta a sus cachorros con leche materna durante aproximadamente dos meses después del nacimiento. Así, en este periodo, las crías obtienen los nutrientes necesarios para vivir exclusivamente de ella.
A medida que siguen creciendo, esta madre se encarga de enseñarles a cazar y defenderse. Aspectos esenciales para el desarrollo de la vida de estos animalitos. Todo comienza con atrapar pequeñas presas, como roedores y otras especies del mismo tamaño. Con el tiempo, los involucra en la caza real, a medida que adquieren habilidades y fuerza.
Pero no solo les enseña lecciones para atacar, también a defenderse y estrategias para zafar de posibles depredadores, como a trepar árboles y pasar desapercibidos.
A medida que van creciendo, la madre puma también les enseña a conocer y explorar su entorno por sí mismos. Si bien, siempre los mantiene cerca para protegerlos y guiarlos, también les da un espacio para luego independizarse. La completa separación, de madre-hijo ocurre cuando estos últimos cumplen una edad entre 1 a 2 años. A partir de este momento, se retiran la manada para establecerse sus propios territorios.