Científicos temen por la fauna antártica ante posible llegada de la gripe aviar al continente blanco. Podría "un número de muertes muy elevado", dicen.

Comenzó como una preocupación post pandemia hace tres años y ahora estamos viendo sus grandes consecuencias. La gripe aviar se ha posicionado como un tema de consideración mundial y cada vez tenemos más avisos lamentables relacionados a esta enfermedad en los noticiarios. 

Su avance se dio entre aves silvestres y aves de corral. En Sudamérica se detectó por primera vez en el 2022 en Colombia. Este año 2023, la situación ya se desplegó en Chile, Perú, Brasil, Uruguay y Argentina en diferentes especies de animales. 

Según la Red de Expertos en Gripe de la Organización Mundial de Sanidad Animal (OMSA), una institución que depende de las Naciones Unidas, existe un riesgo de que el virus de la gripe aviar pueda llegar a la Antártida, provocando un desastre en su fauna. 

Hasta el momento, la Antártida y Australia son los dos continentes donde no se han reportado casos de esta enfermedad que puede llegar a ser mortal. "El impacto negativo de este virus en la fauna antártica podría ser inmenso, probablemente peor que el de la fauna sudamericana", revela el informe de la institución mundial. 

"H5N1 clado 2.3.4.4b", es el nombre de una nueva cepa del virus que fue detectada en el año 2020. Esta variante se propagó en América del Norte y luego llegó a Sudamérica a través de las aves migratorias. Es muy silencioso, ya que sus portadores en varias ocasiones no sienten los síntomas, por lo tanto pueden transportar el patógeno sin darse cuenta. 

La gripe aviar puede contagiar fácilmente una avícola, ya que solo basta con que un espécimen enfermo entre en contacto con un ave de corral como gallinas o pollos para provocar una gran infección. Esto dadas las condiciones de hacinamiento y las grandes concentraciones que hay en esta industria. 

Los mamíferos también se pueden contagiar al estar en contacto con una ave infectada. Según los científicos solo en Chile y Perú se han registrado 500.000 aves marinas y 25.000 lobos marinos muertos producto del virus. 

Estas pérdidas en porcentajes se han reflejado en un 36% de la población de pelícanos peruanos de Perú y un 13% de los pingüinos de Humboldt de Chile. Todos los lobos marinos que han fallecido representan un 9% de la población de Perú y Chile. 

La comunidad científica manifestó su preocupación por el futuro de la fauna de la Antártida. Más de 100 millones de aves viven en esa zona y en sus islas cercanas. Cientos de miles son los mamíferos que también nadan en sus aguas circundantes. Hay todo un ecosistema que solo se desarrolla ahí. Muchas colonias de animales como el pingüino emperador y el lobo marino viven en grandes aglomeraciones, blanco fácil para este virus fatal. 

Según Ralph Vantstreels, investigador del programa de salud de vida silvestre de América Latina de la Universidad de California, podría provocarse "un número de muertes muy elevado" de animales si el virus de la gripe aviar circula y se transmite en la Antártida.

Recordemos que también hay aves que vuelan habitualmente entre Sudamérica y la Antártida, transportando el virus e infectando a otras especies. En septiembre muchas migrarán hacia el continente blanco para criar a sus polluelos. 

El impacto negativo de esta gripe en las aves endémicas de esta zona, "podría ser inmenso, tanto por su probable susceptibilidad a la mortalidad por este virus como por su presencia en densas colonias de hasta miles de pinnípedos y cientos de miles de aves, lo que permite una transmisión eficaz del virus", según los especialistas. 

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