MAC UChile inicia su año programático 2024 celebrando 50 años en el Parque Forestal
El Museo de Arte Contemporáneo de la Universidad de Chile inicia su año programático 2024 inaugurando ocho exhibiciones en su sede del Parque Forestal y abierta a todo público.
El Museo de Arte Contemporáneo de la Universidad de Chile inicia su programación 2024 inaugurando ocho exhibiciones en su sede del Parque Forestal. Se trata de muestras individuales, que a través de una multiplicidad de formatos como la escultura, la fotografía e instalación, transitan por temas como el paisaje y la extracción de recursos, los efectos del humano en la naturaleza, la vinculación con lo más que humano, entre otros.
Las muestras que podrás visitar son: “Impulso vital” de Federico Assler, “Hubo un viento” de Fiorella Angelini, “Concha en ácido” de Elizabeth Burmann, “Silencio amplificado” de Cecilia Flores, “Atacama” de Patrick Hamilton, “Adormecer a los felices” de Pablo Jansana, “Reliquias del pantano” de Camilo Ortega y “Niña hermosa” de Sebastián Salfate.
Además, se iniciarán las celebraciones del aniversario número 50 de la llegada del MAC al edificio Academia de Bellas Artes, que en 1974 se trasladó desde el Partenón de Quinta Normal. “Este año lo iniciamos conmemorando medio siglo desde el arribo del MAC a este edificio de Parque Forestal, cuyo objetivo inicial fue albergar la Academia de Bellas Artes. Hace 50 años las salas que acogen las muestras y el quehacer del MAC eran, en realidad, salas de clases, como también los talleres de los maestros que dieron vida a la enseñanza disciplinar del arte en Chile”, cuenta el Director del MAC, Daniel Cruz.
Sobre las exhibiciones
“Impulso vital” de Federico Assler (Santiago, 1929) con curaduría de Ramón Castillo: Se vale de varios lenguajes: dibujo, pintura, escultura y objetos encontrados. No es posible establecer qué es primero, pues en su proceso creativo confluyen todas estas dimensiones. La selección de obras, realizadas entre los años 90 y la actualidad, está unida por la investigación de formas que se refieren al impulso vital en sus distintos estados de resolución y factura material. Se trata de formas orgánicas en perpetuo movimiento, que comenzaron en el gesto corporal, desafiando la gravedad, emergiendo, deambulando y elevándose.
“Hubo un viento” de Fiorella Angelini (Coquimbo, 1990): Presenta fotografías de lugares como Coya, el Valle del Elqui, Santiago, Conguillio y Rancagua. Los registros rehúyen la separación de cultura y naturaleza, e insiste en ecologías que descentran lo humano. Sus intereses son lo que podríamos llamar postnaturales, propios de una contemporaneidad en que territorios y cuerpos viven en carne propia la lenta violencia de un extractivismo desatado y una cultura de consumo.
“Concha en ácido” de Elizabeth Burmann (Santiago, 1992) con la curaduría de Sergio Soto: La invitación es a repensar los efectos del ser humano en la naturaleza, especialmente, en el mar. Hoy, crustáceos, moluscos y comunidades planctónicas padecen la disolución de sus cuerpos por la acidificación de los océanos, a partir de la acumulación de gases en la atmósfera. Desde hace un tiempo, pensadoras feministas se han sumergido hacia los mares, advirtiendo su vitalidad e imaginando formas de vida renovadas.
“Silencio amplificado” de Cecilia Flores (Puerto Aysén, 1982): En la obra instalativa se presentan objetos de cerámica que han sido elaborados mediante técnicas prehispánicas, utilizadas hace siglos en la producción de vasijas. Desde las piezas emanará un agradable silbido como una reacción paradójica a hechos de violencia que se mencionen en redes sociales, gracias a un sistema de análisis de datos en vivo. La artista aborda la objetualidad de lo doméstico, con teteras, floreros, y más, para remitir al silencioso espacio del hogar.
“Atacama”, de Patrick Hamilton (Lovaina, 1974), comisariada por Sergio Parra: Desde hace más de dos décadas el artista ha centrado su práctica e investigación artística en torno a las relaciones entre arte, política y economía en el contexto de las últimas décadas en Chile. Atacama, ofrece imágenes del desierto del mismo nombre, intervenidas, en clave minimalista, con chapa de cobre. Estas superponen el metal rojo a piedras, arenas, quebradas, cerros y montículos, hacen referencia a las múltiples historias -pasadas, presentes y futuras- que el desierto encierra.
“Adormecer a los felices” de Pablo Jansana (Santiago, 1976) con curaduría de Sebastián Vidal: Es el trabajo reciente del artista, cuya muestra está compuesta en su conjunto, un vistoso ejercicio pictórico y conceptual. Esta serie integra diversas propuestas materiales y cromáticas que otorgan en su recorrido un panorama de su pensamiento político, afectivo y visual de la historia reciente. Centrando la atención en indagar la memoria traumática, los símbolos de identidad nacional, los aspectos cotidianos de la vida, algunos eventos noticiosos, así como los sueños, anhelos y fracasos del período conocido como post-dictadura.
“Reliquias del pantano” de Camilo Ortega (Iquique, 1985), con curaduría de Paola Nava: A partir de objetos que funcionan como pistas, palabras como símbolos y sonidos que son guías, se invita a explorar el imaginario cultural de las zonas fronterizas, tomando como punto de partida la región norte de Chile y ahondando en la noción de intercambio desde lo cultural y mercantil. El artista investiga este territorio y cuestiona su origen, sobre todo al revisar las aduanas como entes reguladores que determinan lo que pasa y lo que se queda, abriendo la dicotomía control/no control.
“Niña hermosa” de Sebastián Salfate (Santiago 1986): Desde 2018 el artista visual y cineasta ha investigado y registrado la popular animita, construida en recuerdo de Astrid Soto, que desde 1998 se encuentra ubicada a la altura del kilómetro 22 de la Ruta 78. Durante décadas, “Niña Hermosa” ha convocado a una gran cantidad de devotos que se encomiendan a la animita para pedirle por los vivos y, a modo de intercambio, la llenan de obsequios. Pensada como video-paisaje, la obra es una mezcla entre una documentación cronológica y un ejercicio de memoria que incluye el relato de la madre de la joven fallecida, testimonios de otros familiares, así como de custodios de la animita.
Visitas: De martes a domingo, de 11.00 a 17.30 horas. Lunes y festivos cerrado. Entrada liberada. Todas las muestras estarán abiertas hasta el 23 de junio de 2024.